Pandillerismo en la Agricultura
El regreso del gangmasterismo a la agricultura británica, explotando la mano de obra inmigrante, ha sido condenado como algo que pertenece a la historia y no al siglo XXI. Pero dicha explotación es, de hecho, un resultado lógico del sistema de producción de alimentos contemporáneo y del fomento de la movilidad laboral por parte de la UE. El sistema de concesión de licencias a los capataces fue abolido en el Reino Unido en 1960. Pero el aumento de la movilidad laboral en Europa a partir de los años 50, la entrada de Gran Bretaña en la CEE y el auge de los supermercados contribuyeron al retorno del sistema de bandas. A mediados de la década de 1980 era responsable de una serie de abusos y prácticas ilegales. A pesar de la preocupación de todos los partidos en el parlamento y de la oposición de los sindicatos, los gobiernos de finales del siglo XX de distintas tendencias políticas no estaban dispuestos a tomar medidas. Ni siquiera un importante informe del DEFRA de 2003 tuvo repercusión alguna. Tras la muerte de 23 pandilleros en la bahía de Morecambe en 2004, se aprobó finalmente una ley para reintroducir la concesión de licencias a los pandilleros. Sin embargo, la magnitud del problema requiere una acción internacional concertada, un cambio en la actitud de los consumidores y más recursos. A menos que se realicen mayores esfuerzos para promover la igualdad en el mercado laboral europeo, las bandas agrícolas, y las prácticas abusivas que históricamente las han acompañado, seguirán floreciendo.