El diseño de las tarifas municipales de agua requiere el equilibrio de múltiples criterios, como la autosuficiencia financiera del proveedor del servicio, la equidad entre los clientes y la eficiencia económica de la sociedad. En todo el mundo se utilizan diversas formas de tarifas de agua (por ejemplo, tarifas basadas en cargos fijos o volumétricos, tarifas en una o dos partes y tarifas en bloque crecientes o decrecientes), pero las tarifas en bloque crecientes (IBT) se han hecho populares en todo el mundo en los últimos decenios por dos razones principales. Aparte del hecho de que las IBT incentivan a los hogares a ahorrar agua cobrando grandes volúmenes a un precio más alto, existe la creencia generalizada de que las IBT favorecen a los pobres. Esto último sería la consecuencia de proporcionar a todos los hogares una cantidad mínima de agua a un precio bajo (subvencionado) mientras que los grandes usuarios de agua pagan precios más altos.