Este texto se ocupa de los objetivos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como organización intergubernamental que regula el comercio internacional proporcionando un marco para la negociación de acuerdos comerciales y un proceso para la resolución de disputas. El “ethos” subyacente de la Organización Mundial del Comercio es que la búsqueda de un comercio más libre es un objetivo deseable. Durante los años del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, este objetivo se persiguió mediante una serie de rondas de negociación formales (ocho en total). A pesar del apoyo a la opinión de que se podría avanzar más mediante negociaciones “continuas” de menor nivel, durante su primera década la Organización Mundial del Comercio adoptó el enfoque de la gran ronda con el lanzamiento – en Doha, Qatar, en noviembre de 2001 – del Programa de Doha para el Desarrollo, que abarcaba tanto una nueva ronda de negociaciones para la liberalización del comercio como el trabajo en otras cuestiones, especialmente los problemas que muchos países en desarrollo estaban encontrando en la aplicación de los compromisos existentes acordados en la Ronda Uruguay. A finales de 2007, las perspectivas de éxito de la Ronda de Doha seguían siendo oscuras. Esto, a su vez, ha dado lugar a afirmaciones de que un fracaso de la ronda perjudicaría seriamente, quizá fatalmente, a la Organización Mundial del Comercio. Como táctica para que los países tomen las decisiones políticamente difíciles necesarias para concluir la ronda con éxito, no hay nada que objetar a estas afirmaciones.