La Primera Guerra Mundial trajo destrucción y muerte cuando se desató con la bala de un asesino en 1914. Sin embargo, también fue el comienzo de un Nuevo Orden, así como el fin del Viejo Orden. Los precursores de esta Nueva Era proceden de dos rincones distintos del mundo, a saber, Estados Unidos y Rusia, cuando Thomas Woodrow Wilson y Vladimir Ilich “Lenin” Ulianov propusieron sus fórmulas de paz con los Catorce Puntos de enero de 1918 y el Decreto de Paz soviético de octubre de 1917. Este estudio ofrece un análisis de las diferencias y paralelismos entre estas fórmulas. Para cumplir este objetivo, se examina las ideas de Wilson y Lenin, y las historias de Estados Unidos y Rusia, ya que se argumenta que las características dadas de estas declaraciones fueron consecuencia de las diferentes experiencias personales y antecedentes culturales de estos dos líderes, así como de los problemas internos y las historias de sus países. El texto se estructura en torno al argumento principal de que Wilson y Lenin reconocieron la Gran Guerra como la crisis definitiva del Viejo Mundo con sus argumentos paralelos. Vieron el fin de la Era Imperial, y en este asunto, ofrecieron nuevas normas militares, diplomáticas y económicas del Nuevo Mundo. Sin embargo, Wilson y Lenin tenían razones, métodos y diseños muy diferentes para el Nuevo Orden. Estos diferentes discursos fueron el origen tanto del orden como del desorden de la Nueva Era. La Conferencia de Paz de París comenzó en enero de 1919 y se prolongó durante más de un año. Cada uno de los Estados derrotados fue objeto de un tratado distinto: Versalles para Alemania, Trianon para Hungría, Saint-Germain para Austria, Neuilly para Bulgaria y Sevres para Turquía (modificado en 1923 por el Tratado de Lausana).