Historia del Desarrollo Económico Latinoamericano
Las fases de industrialización en América Latina se caracterizaron por una oscilación entre la apertura y la protección, dependiendo del entorno internacional y del pensamiento económico dominante. Cuando América Latina comenzó a industrializarse a finales del siglo XIX, el crecimiento se orientó hacia el exterior (para fora), y las exportaciones desempeñaron un papel fundamental. Las divisas que aportaban permitieron construir infraestructuras, importar equipos para las primeras industrias de bienes de consumo y transformar localmente las materias primas. Los países del continente entraron en la división internacional del trabajo en función de sus ventajas comparativas, según el modelo de libre comercio aplicado por Gran Bretaña, la potencia dominante. Las fases de expansión del comercio internacional favorecieron la industrialización, aunque la Primera Guerra Mundial -que interrumpió el comercio- supuso una ralentización en América Latina en este sentido. Países como Argentina y Uruguay disfrutaron de un nivel de prosperidad comparable al de Australia, Nueva Zelanda o los países escandinavos, que aplicaban el mismo modelo. La crisis de 1929 provocó una auténtica ruptura con el pasado, convirtiendo a la industria en el sector dominante que impulsaba toda la economía.