El primer microordenador profesional fue francés. En 1973, François Gernelle, ingeniero de R2E, desarrolló el Micral N, que reunía todas las características de los ordenadores personales de los años 80: microprocesador, teclado universal y pantalla de rayos catódicos, etc. La microinformática transformó profundamente la preimpresión, es decir, todas las operaciones de composición, fotograbado y preparación del impreso. La oficina en casa invadió las tareas reservadas a la industria gráfica, aunque los profesionales integraron rápidamente los microordenadores, las impresoras láser, los escáneres de sobremesa y las técnicas de autoedición (DTP). Los centros de formación se han adaptado a estos cambios. Pero la transformación de la industria de la preimpresión ha dejado a las empresas con un exceso de capacidad de producción.