Las fuentes de energía son formas de energía potencial que pueden utilizarse para realizar un trabajo. Las fuentes de energía se clasifican como renovables si se renuevan constante y rápidamente para un uso constante y fiable. Cualquier otra fuente de energía se considera no renovable. Los combustibles fósiles -incluidos el carbón, la turba, el petróleo crudo y el gas natural- son fuentes de energía no renovables. Las fuentes de energía renovables son la solar, la hidráulica, la mareomotriz, la eólica, la oceánica, la geotérmica y la biomasa. Los dos tipos de energía nuclear son la fisión y la fusión. Las fuentes de energía primaria adoptan muchas formas, como la energía nuclear, la energía fósil -como el petróleo, el carbón y el gas natural- y las fuentes renovables como la eólica, la solar, la geotérmica y la hidroeléctrica. Estas fuentes primarias se convierten en electricidad, una fuente de energía secundaria, que fluye a través de las líneas eléctricas y otras infraestructuras de transmisión hasta los hábitats humanos. La industria de las energías limpias genera cientos de miles de millones de actividad económica, y se espera que siga creciendo rápidamente en los próximos años. Existe una enorme oportunidad económica para los países que inventan, fabrican y exportan tecnologías de energía limpia. La electricidad -el flujo de energía eléctrica- es una fuente de energía secundaria generada por la conversión de fuentes primarias de energía como la fósil, la nuclear, la eólica o la solar. Países como Rusia, Francia y Estados Unidos llevan desde los años 50 y 60 utilizando la energía nuclear para producir una energía fiable y con bajas emisiones de carbono y para apoyar las actividades de defensa nacional.