Una considerable bibliografía sobre economía institucional sostiene que el auge económico de Occidente está inextricablemente vinculado a las instituciones económicas de derechos de propiedad seguros y al cumplimiento de los contratos por parte de terceros a través de tribunales imparciales, y que estas instituciones económicas se basaron en las instituciones políticas de separación de poderes y gobierno representativo. El argumento es que los gobiernos autocráticos, sin limitaciones constitucionales respaldadas por asambleas legislativas y tribunales independientes, no consiguieron garantizar los derechos de propiedad a largo plazo. En aquellas partes del mundo en las que el entorno de enfermedades fomentó el asentamiento europeo y el desplazamiento o la extinción de la población local, los colonos exigieron y obtuvieron instituciones representativas que evolucionaron hacia la democracia, pero en los trópicos, donde las tasas de mortalidad de los europeos eran elevadas, los europeos crearon instituciones diseñadas para extraer recursos de las colonias en beneficio de la madre patria. Estas instituciones extractivas no favorecieron ni el crecimiento económico ni la evolución hacia la democracia.[rtbs name=”democracia”] Apoyan su interpretación señalando que, tras ajustar las tasas de mortalidad de los colonos en el siglo XIX y la densidad de población en 1500, descubren que el efecto aparentemente positivo de la renta sobre la democracia se atenúa gravemente.