El concepto de entorno social tiene una larga tradición en sociología. Los primeros trabajos sobre esta idea pueden resumirse haciendo referencia al pensamiento de Emile Durkheim, la Escuela de Chicago y la obra de varios autores, que se describe en este informe. Durkheim fue quizá el primer académico que intentó explicar los fenómenos sociales no sólo en términos de características individuales, sino también de características grupales. Sostuvo que las personas actúan juntas no sólo con fines similares, sino también con un propósito común. Durkheim llevó a cabo inteligentes análisis estadísticos de los datos sobre el suicidio durante las décadas de 1870 y 1880 que informaron sus teorías sobre el suicidio como fenómeno “grupal”. Observó que las tasas de suicidio diferían de una localidad a otra y que esas diferencias persistían en el tiempo. Sugirió que el entorno social desempeñaba un papel importante en la creación de una tasa de suicidio característica para lugares específicos y que las diferencias en los entornos sociales eran responsables de estas diferentes tasas. Según el enfoque de Durkheim, el entorno social era creado por los individuos y también era independiente de ellos. Las ideas, creencias, costumbres y tendencias comunes del grupo social creaban una “realidad” que era más que la suma de las ideas, creencias, costumbres y tendencias individuales. La Escuela de Sociología de Chicago realizó importantes contribuciones a los trabajos sobre el entorno social en las décadas de 1920 y 1930. Estos investigadores propusieron modelos ecológicos urbanos que describían las pautas y consecuencias del crecimiento y desarrollo de las ciudades. Impulsados por el rápido crecimiento de las ciudades en el siglo XIX y principios del XX, consideraron la ciudad como un laboratorio. Como resultado de su trabajo, los conceptos de “desorganización social” y “control social” pasaron a formar parte del lenguaje común de la sociología. Raz ha escrito, en 1986, que la forma normal de justificar la autoridad es demostrar que los sujetos a ella actúan mejor en sus otras razones para actuar bajo la autoridad de lo que lo harían en ausencia de autoridad. Él llama a esto la “tesis de justificación normal”. La autoridad práctica proporciona un servicio, es decir, el servicio que permite a las personas actuar de manera más razonable. Hay varios contextos distintos en los que la autoridad práctica podría proporcionar este servicio.