África Occidental

África del Suroeste (Historia) África del Suroeste. Véase Namibia. [1] Consideraciones Jurídicas y/o Políticas Recursos Notas y Referencias Información sobre África del suroeste de la Enciclopedia Encarta Véase También Otra Información en relación a África del Suroeste

Reino de Italia

La tercera guerra de la independencia -o mejor dicho, el conflicto austro-prusiano y austro-italiano- fue la última ocasión en la que pudo manifestarse la ambivalente sinergia entre la dinastía de los Saboya y el voluntariado nacional, que es el tema principal de los acontecimientos reseñados en estas páginas. La toma de Roma en 1870 despertó naturalmente un gran entusiasmo en lo que quedaba de una generación de italianos que, sobre todo desde 1848, había vinculado su vida al sueño de la «nación del Risorgimento» (Banti 2000). Pero fueron sólo las tropas regulares del ejército real las que abrieron la brecha de Porta Pia, que el 20 de septiembre fue el acto simbólico no sólo de la unión de Roma con Italia, sino también de la reducción al mínimo del poder temporal de un papado considerado por algunos como el enemigo secular de la unidad italiana, que la ruinosa derrota francesa contemporánea en el conflicto con Prusia les puso en situación de escapar de la engorrosa tutela de Napoleón III, el estadista que desde mediados de los años 50 había despertado de vez en cuando las expectativas y enfriado las pretensiones extremas del nacionalismo italiano. Prusia desempeñaba ahora un papel audazmente subversivo con respecto a los equilibrios anteriores, dispuesta a recoger el testigo que hasta entonces había tomado Francia, país que en los años cincuenta había desempeñado un papel decisivo para que la política de Cavour llevara a la dinastía de los Saboya a ceñir la corona del Reino de Italia. También se narra el importante papel de Camillo Benso, conde de Cavour. En 1858 estableció una alianza secreta con el emperador francés Napoleón III, en la que éste asumía ayudar a Cerdeña en caso de que Austria atacara a los sardos.

Reinos

Reinos En el contexto del derecho internacional y comparado, esta sección se ocupará de lo siguiente: Reinos . Véase asimismo más sobre esta materia y algunas cuestiones conexas en esta plataforma. [rtbs name="derecho-constitucional-y-administrativo"] [rtbs […]

Derecho en los Reinos de África Occidental

Los grandes y prósperos antiguos imperios africanos tenían gobiernos fuertes y eficaces. Entre 400 y 1600, poderosos imperios como Ghana, Malí, Songhai, Bornu y Benin ejercieron una amplia influencia. Su ascenso a la prominencia se basó en un buen liderazgo (véase también carisma) político, leyes bien definidas, ejércitos poderosos y economías fuertes. La fuerte presencia musulmana en África Occidental influyó en la política tradicional y la ley. En la mayoría de las culturas africanas autóctonas las normas éticas son de dos clases: las que sustentan la conducta individual y las que rigen las relaciones sociales y comunitarias. Los derechos humanos fundamentales son importantes no sólo por el bien de los individuos, sino también por la supervivencia colectiva del grupo, que es primordial. La ética comunitaria rige la unidad familiar, desde los parientes maternos y paternos hasta las familias extendidas, los clanes y los linajes.

Reinos de África Occidental

Desde el 500 al 1500 DC, mientras Europa pasaba por una era conocida como la Edad Media y se movía hacia otra era conocida como el Renacimiento, África Occidental estaba en su «Edad Brillante». Varios grandes y antiguos imperios africanos prosperaron durante esta época. Fueron conocidos por sus eficaces gobiernos, grandes proyectos arquitectónicos, avances científicos y artísticos, y valiosos recursos minerales. Se ha prestado mucha atención al antiguo Egipto y a las civilizaciones del Valle del Nilo, pero todas las partes de África contribuyeron al patrimonio cultural del continente. El África occidental es conocida, entre otras cosas, por la construcción de Estados. Entre 400 y 1600, grandes imperios como Ghana, Malí y Songhai llegaron al poder gracias a un fuerte liderazgo (véase también carisma) político, ejércitos bien organizados y economías prósperas.