Responsabilidad de los Profesionales
La mala praxis es un tipo específico de negligencia; es decir, la demanda por mala praxis es en realidad una demanda por negligencia en la que un profesional es el demandado. La distinción que se desarrolló entre la mala praxis y otras formas de negligencia proviene del hecho de que la actuación de ciertos profesionales se conoce como “práctica” y a las personas atendidas se las denomina “pacientes” o “clientes” en lugar de clientes.
En un juicio por negligencia, el profesional debe a su cliente, así como a todos los terceros que se vean previsiblemente afectados por el trabajo del profesional, el deber de realizar una acción o de no realizarla. Para determinar si un demandado ha incumplido su deber, la acción u omisión del demandado se mide en relación con el nivel de diligencia exigido por un profesional razonable en el mismo campo, de acuerdo con la legislación de Estados Unidos. El demandante debe demostrar que resultó lesionado o sufrió alguna otra pérdida como resultado directo del acto u omisión del profesional demandado. Los profesionales pueden protegerse contra la posibilidad de ser declarados negligentes adquiriendo un seguro de responsabilidad civil. Además, muchos grupos profesionales imparten formación para ayudar a los miembros de la profesión a reducir los riesgos que conducen a acciones negligentes y las demandas que suelen derivarse de ellas. Muchos estados exigen una formación continua para que determinados profesionales conserven sus licencias.