Este texto se ocupa de la Conciencia Política, como el resultado del procesamiento de información de segundo orden (o sea, que resume y sintetiza información de primer orden) para armar una visión de conjunto de la situación global. La conciencia política, según lo entienden algunos autores, consiste más bien en ser consciente del contexto en el que existen los individuos y las organizaciones, así como en ser consciente de los posibles acontecimientos e influencias que pueden tener un impacto futuro, a menudo de forma inesperada. La política es un concepto que ha estado desde antiguo con el ser humano. El filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) afirmó que forma parte de la naturaleza del hombre vivir en comunidad (polis); es un “ser político”. A partir de ahí, la política puede describirse como una acción específica de individuos o grupos (partidos) que tiene que ver de muchas formas con la convivencia de las personas en una comunidad. El objetivo primordial de la política debe ser que esta convivencia sea pacífica y que no haya ley de la selva. Por ello, la política debe desarrollar (y adaptar constantemente) reglas de convivencia que todos deben cumplir (constitución, leyes). La política tiene que ocuparse de los diferentes intereses de las personas de una comunidad, debe dejarlos claros, pero al mismo tiempo también debe garantizar que la aplicación de los intereses no sea violenta y no ponga en peligro la paz interna de la comunidad.