La violencia familiar (también llamada violencia doméstica) no es solo abuso físico; también puede ser abuso sexual, psicológico, emocional, económico, espiritual o legal. Todas las formas de violencia familiar son ilegales e inaceptables. a violencia doméstica puede ser física o psicológica, y puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, género, raza u orientación sexual. Puede incluir comportamientos destinados a asustar, dañar físicamente o controlar a la pareja. Aunque cada relación es diferente, la violencia doméstica generalmente implica una dinámica de poder desigual en la que una pareja trata de ejercer control sobre la otra de diversas maneras.
Los insultos, las amenazas, el abuso emocional y la coerción sexual constituyen violencia doméstica. Algunos perpetradores pueden incluso utilizar a niños, mascotas u otros miembros de la familia como palanca emocional para lograr que la víctima haga lo que quiera. Las víctimas experimentan una disminución de su autoestima, ansiedad, depresión y un sentimiento general de impotencia que puede tomar tiempo y a menudo ayuda profesional para superar. Un médico clínico que trabaja con víctimas de violencia doméstica puede ayudar a una persona a salir de la situación, así como ofrecer apoyo psicológico.