Ética
Este elemento es un complemento a las guías y cursos de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y un análisis sobre la ética.
Visualización Jerárquica de ética
Ciencia > Humanidades > Ciencias sociales > Filosofía
Trabajo y Empleo > Relaciones laborales y Derecho del trabajo > Organización de las profesiones > Deontología profesional
Asuntos Sociales > Vida social > Vida social > Bioética
A continuación se examinará el significado.
¿Cómo se define? Concepto de ética
Véase la definición de ética en el diccionario.
Introducción a la ética
Ética (del griego ethika, de ethos, ‘comportamiento’, ‘costumbre’), principios o pautas de la conducta humana, a menudo y de forma impropia llamada moral (del latín mores, ‘costumbre’) y por extensión, el estudio de esos principios a veces llamado filosofía moral. Este artículo se ocupa de la ética sobre todo en este último sentido y se concreta al ámbito de la civilización occidental, aunque cada cultura ha desarrollado un modelo ético propio.
La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana, y para distinguirse de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física. Las ciencias empíricas sociales, sin embargo, incluyendo la psicología, chocan en algunos puntos con los intereses de la ética ya que ambas estudian la conducta social. Por ejemplo, las ciencias sociales a menudo procuran determinar la relación entre principios éticos particulares y la conducta social, e investigar las condiciones culturales que contribuyen a la formación de esos principios.
PRINCIPIOS ÉTICOS
Los filósofos han intentado determinar la bondad en la conducta de acuerdo con dos principios fundamentales y han considerado algunos tipos de conducta buenos en sí mismos o buenos porque se adaptan a un modelo moral concreto. El primero implica un valor final o summum bonum, deseable en sí mismo y no solo como un medio para alcanzar un fin.Entre las Líneas En la historia de la ética hay tres modelos de conducta principales, cada uno de los cuales ha sido propuesto por varios grupos o individuos como el bien más elevado: la felicidad o placer; el deber, la virtud o la obligación y la perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas. Dependiendo del marco social, la autoridad invocada para una buena conducta es la voluntad de una deidad, el modelo de la naturaleza o el dominio de la razón. Cuando la voluntad de una deidad es la autoridad, la obediencia a los mandamientos divinos o a los textos bíblicos supone la pauta de conducta aceptada. Si el modelo de autoridad es la naturaleza, la pauta es la conformidad con las cualidades atribuidas a la naturaleza humana. Cuando rige la razón, se espera que la conducta moral resulte del pensamiento racional.
PRUDENCIA, PLACER O PODER
Algunas veces los principios elegidos no tienen especificado su valor último, en la creencia de que tal determinación es imposible. Esa filosofía ética iguala la satisfacción en la vida con prudencia, placer o poder, pero se deduce ante todo de la creencia en la doctrina ética de la realización natural humana como el bien último.
Una persona que carece de motivación para tener una preferencia puede resignarse a aceptar todas las costumbres y por ello puede elaborar una filosofía de la prudencia. Esa persona vive, de esta forma, de conformidad con la conducta moral de la época y de la sociedad.
El hedonismo es la filosofía que enseña que el bien más elevado es el placer. El hedonista tiene que decidir entre los placeres más duraderos y los placeres más intensos, si los placeres presentes tienen que ser negados en nombre de un bienestar global y si los placeres mentales son preferibles a los placeres físicos.
Una filosofía en la que el logro más elevado es el poder puede ser resultado de una competición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Como cada victoria tiende a elevar el nivel de la competición, el final lógico de una filosofía semejante es un poder ilimitado o absoluto. Los que buscan el poder pueden no aceptar las reglas éticas marcadas por la costumbre y, en cambio, conformar otras normas y regirse por otros criterios que les ayuden a obtener el triunfo. Pueden intentar convencer a los demás de que son morales en el sentido aceptado del término, para enmascarar sus deseos de conseguir poder y tener la recompensa habitual de la moralidad.
HISTORIA
Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Aunque los distintos sistemas morales se establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, evolucionaron a veces de forma irracional, a partir de que se violaran los tabúes religiosos o de conductas que primero fueron hábito y luego costumbre, o asimismo de leyes impuestas por líderes para prevenir desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran impuestos por líderes seculares como Ptahhotep, y estaban mezclados con una religión estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o cada sumerio.Entre las Líneas En la China clásica las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral. Los filósofos griegos, desde el siglo VI a.C. en adelante, teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó al posterior desarrollo de la ética como una filosofía.
LA TEMPRANA ÉTICA GRIEGA
En el siglo VI a.C. el filósofo heleno Pitágoras desarrolló una de las primeras reflexiones morales a partir de la misteriosa religión griega del orfismo.Entre las Líneas En la creencia de que la naturaleza intelectual es superior a la naturaleza sensual y que la mejor vida es la que está dedicada a la disciplina mental, fundó una orden semirreligiosa con leyes que hacían hincapié en la sencillez en el hablar, el vestir y el comer. Sus miembros ejecutaban ritos que estaban destinados a demostrar sus creencias religiosas.
En el siglo V a.C. los filósofos griegos conocidos como sofistas, que enseñaron retórica, lógica y gestión de los asuntos públicos, se mostraron escépticos en lo relativo a sistemas morales absolutos. El sofista Protágoras enseñó que el juicio humano es subjetivo y que la percepción de cada uno solo es válida para uno mismo. Gorgias llegó incluso al extremo de afirmar que nada existe, pues si algo existiera los seres humanos no podrían conocerlo; y que si llegaban a conocerlo no podrían comunicar ese conocimiento. Otros sofistas, como Trasímaco, creían que la fuerza hace el derecho. Sócrates se opuso a los sofistas. Su posición filosófica, representada en los diálogos de su discípulo Platón, puede resumirse de la siguiente manera: la virtud es conocimiento; la gente será virtuosa si sabe lo que es la virtud, y el vicio, o el mal, es fruto de la ignorancia. Así, según Sócrates, la educación como aquello que constituye la virtud puede conseguir que la gente sea y actúe conforme a la moral.
ESTOICISMO
La filosofía del estoicismo se desarrolló en torno al 300 a.C. durante los periodos helenístico y romano.Entre las Líneas En Grecia los principales filósofos estoicos fueron Zenón de Citio, Cleantes y Crisipo de Soli.Entre las Líneas En Roma el estoicismo resultó ser la más popular de las filosofías griegas y Cicerón fue, entre los romanos ilustres, uno de los que cayó bajo su influencia. Sus principales representantes durante el periodo romano fueron el filósofo griego Epicteto y el emperador y pensador romano Marco Aurelio. Según los estoicos, la naturaleza es ordenada y racional, y solo puede ser buena una vida llevada en armonía con la naturaleza. Los filósofos estoicos, sin embargo, también se mostraban de acuerdo en que como la vida está influenciada por circunstancias materiales el individuo tendría que intentar ser todo lo independiente posible de tales condicionamientos. La práctica de algunas virtudes cardinales, como la prudencia, el valor, la templanza y la justicia, permite alcanzar la independencia conforme el espíritu del lema de los estoicos, “Aguanta y renuncia”. De ahí, que la palabra estoico haya llegado a significar fortaleza frente a la dificultad.
EPICUREÍSMO
En los siglos IV y III a.C., el filósofo griego Epicuro desarrolló un sistema de pensamiento, más tarde llamado epicureísmo, que identificaba la bondad más elevada con el placer, sobre todo el placer intelectual y, al igual que el estoicismo, abogó por una vida moderada, incluso ascética, dedicada a la contemplación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). El principal exponente romano del epicureísmo fue el poeta y filósofo Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), escrito hacia la mitad del siglo I a.C., combinaba algunas ideas derivadas de las doctrinas cosmológicas del filósofo griego Demócrito con otras derivadas de la ética de Epicuro. Los epicúreos buscaban alcanzar el placer manteniendo un estado de serenidad, es decir, eliminando todas las preocupaciones de carácter emocional. Consideraban las creencias y prácticas religiosas perniciosas porque preocupaban al individuo con pensamientos perturbadores sobre la muerte y la incertidumbre de la vida después de ese tránsito. Los epicúreos mantenían también que es mejor posponer el placer inmediato con el objeto de alcanzar una satisfacción más segura y duradera en el futuro; por lo tanto, insistieron en que la vida buena lo es en cuanto se halla regulada por la autodisciplina.
ÉTICA CRISTIANA
Los modelos éticos de la edad clásica fueron aplicados a las clases dominantes, en especial en Grecia. Las mismas normas no se extendieron a los no griegos, que eran llamados barbaroi (bárbaros), un término que adquirió connotaciones peyorativas.Entre las Líneas En cuanto a los esclavos, la actitud hacia los mismos puede resumirse en la calificación de ‘herramientas vivas’ que le aplicó Aristóteles.Entre las Líneas En parte debido a estas razones, y una vez que decayeron las religiones paganas, las filosofías contemporáneas no consiguieron ningún refrendo popular y gran parte del atractivo del cristianismo se explica por la extensión de la ciudadanía moral a todos, incluso a los esclavos.
El advenimiento del cristianismo marcó una revolución en la ética, al introducir una concepción religiosa de lo bueno en el pensamiento occidental. Según la idea cristiana una persona es dependiente por entero de Dios y no puede alcanzar la bondad por medio de la voluntad o de la inteligencia, sino tan solo con la ayuda de la gracia de Dios. La primera idea ética cristiana descansa en la regla de oro: “Lo que quieras que los hombres te hagan a ti, házselo a ellos” (Mt. 7,12); en el mandato de amar al prójimo como a uno mismo (Lev. 19,18) e incluso a los enemigos (Mt. 5,44), y en las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt. 22,21). Jesús creía que el principal significado de la ley judía descansa en el mandamiento “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc. 10,27).
El cristianismo primigenio realzó como virtudes el ascetismo, el martirio, la fe, la misericordia, el perdón, el amor no erótico, que los filósofos clásicos de Grecia y Roma apenas habían considerado importantes.
ÉTICA DE LOS PADRES DE LA IGLESIA
Uno de los puntos fuertes de la ética cristiana fue la oposición al maniqueísmo, una religión de origen persa que mantenía que el bien y el mal (la luz y la sombra) eran fuerzas opuestas que luchaban por el dominio absoluto. El maniqueísmo tuvo mucha aceptación en los siglos III y IV d.C. San Agustín, considerado como el fundador de la teología cristiana, fue maniqueo en su juventud pero abandonó este credo después de recibir la influencia del pensamiento de Platón. Tras su conversión al cristianismo en el 387, intentó integrar la noción platónica con el concepto cristiano de la bondad como un atributo de Dios, y el pecado como la caída de Adán, de cuya culpa una persona está redimida por la gracia de Dios. La creencia maniqueísta en el diablo persistió, sin embargo, como se puede ver en la convicción de san Agustín en la maldad intrínseca de la naturaleza humana. Esta actitud pudo reflejar su propio sentido de culpabilidad, por los excesos que había cometido en la adolescencia y puede justificar el énfasis que puso la primera doctrina moral cristiana sobre la castidad y el celibato.
Durante la edad media tardía, los trabajos de Aristóteles, a los que se pudo acceder a través de los textos y comentarios preparados por estudiosos árabes, tuvieron una fuerte influencia en el pensamiento europeo. Al resaltar el conocimiento empírico en comparación con la revelación, el aristotelismo amenazaba la autoridad intelectual de la Iglesia. El teólogo cristiano santo Tomás de Aquino consiguió, sin embargo, armonizar el aristotelismo con la autoridad católica al admitir la verdad del sentido de la experiencia pero manteniendo que ésta completa la verdad de la fe. La gran autoridad intelectual de Aristóteles se puso así al servicio de la autoridad de la Iglesia, y la lógica aristotélica acabó por apoyar los conceptos agustinos del pecado original y de la redención por medio de la gracia divina. Esta síntesis representa la esencia de la mayor obra de Tomás de Aquino, Summa Theologiae (1265-1273).
ÉTICA Y PENITENCIA
Conforme la Iglesia medieval se hizo más poderosa, se desarrolló un modelo de ética que aportaba el castigo para el pecado y la recompensa de la inmortalidad para premiar la virtud. Las virtudes más importantes eran la humildad, la continencia, la benevolencia y la obediencia; la espiritualidad, o la bondad de espíritu, era indispensable para la moral. Todas las acciones, tanto las buenas como las malas, fueron clasificadas por la Iglesia y se instauró un sistema de penitencia temporal como expiación de los pecados.
Las creencias éticas de la Iglesia medieval fueron recogidas en literatura en la Divina Comedia de Dante, que estaba influenciada por las filosofías de Platón, Aristóteles y santo Tomás de Aquino.Entre las Líneas En la sección de la Divina Comedia titulada ‘Infierno’, Dante clasifica el pecado bajo tres grandes epígrafes, cada uno de los cuales tenía más subdivisiones.Entre las Líneas En un orden creciente de pecado colocó los pecados de incontinencia (sensuales o emocionales), de violencia o brutalidad (de la voluntad), y de fraude o malicia (del intelecto). Las tres facultades del alma de Platón son repetidas así en su orden jerárquico original, y los pecados son considerados como perversiones de una u otra de las tres facultades.
ÉTICA DESPUÉS DE LA REFORMA
La influencia de las creencias y prácticas éticas cristianas disminuyó durante el renacimiento. La Reforma protestante provocó un retorno general a los principios básicos dentro de la tradición cristiana, cambiando el énfasis puesto en algunas ideas e introduciendo otras nuevas. Según Martín Lutero, la bondad de espíritu es la esencia de la piedad cristiana. Al cristiano se le exige una conducta moral o la realización de actos buenos, pero la justificación, o la salvación, viene solo por la fe. El propio Lutero había contraído matrimonio y el celibato dejó de ser obligatorio para el clero protestante.
El teólogo protestante francés y reformista religioso Juan Calvino aceptó la doctrina teológica de que la salvación se obtiene solo por la fe y mantuvo también la doctrina agustina del pecado original. Los puritanos eran calvinistas y se adhirieron a la defensa que hizo Calvino de la sobriedad, la diligencia, el ahorro y la ausencia de ostentación; para ellos la contemplación era holgazanería y la pobreza era o bien castigo por el pecado o bien la evidencia de que no se estaba en gracia de Dios. Los puritanos creían que solo los elegidos podrían alcanzar la salvación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Se consideraban a sí mismos elegidos, pero no podían estar seguros de ello hasta que no hubieran recibido una señal. Creían que su modo de vida era correcto en un plano ético y que ello comportaba la prosperidad mundana. La prosperidad fue aceptada pues como la señal que esperaban. La bondad se asoció a la riqueza y la pobreza al mal. No lograr el éxito en la profesión de cada uno pareció ser un signo claro de que la aprobación de Dios había sido negada. La conducta que una vez se pensó llevaría a la santidad, llevó a los descendientes de los puritanos a la riqueza material.
En general, durante la Reforma la responsabilidad individual se consideró más importante que la obediencia a la autoridad o a la tradición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Este cambio, que de una forma indirecta provocó el desarrollo de la ética secular moderna, se puede apreciar en De iure belli et pacis (La ley de la guerra y la paz, 1625) realizado por el jurista, teólogo y estadista holandés Hugo Grocio. Aunque esta obra apoya algunas de las doctrinas de santo Tomás de Aquino, se centra más en las obligaciones políticas y civiles de la gente dentro del espíritu de la ley romana clásica. Grocio afirmaba que el derecho natural es parte del derecho divino y se funda en la naturaleza humana, que muestra un deseo por lograr la asociación pacífica con los demás y una tendencia a seguir los principios generales en la conducta. Por ello, la sociedad está basada de un modo armónico en el derecho natural.
PSICOANÁLISIS Y CONDUCTISMO
Nota: Tras Newton, tuvo mucho impacto la teoría de la evolución presentada por Charles Darwin (Charles Robert Darwin, 1809-1882; véase “darwinismo social” y “selección natural”).
Pormenores
Los hallazgos de Darwin (Charles Robert Darwin, 1809-1882; véase “darwinismo social” y “selección natural”).
La ética moderna está muy influida por el psicoanálisis (véase sobre el enfoque de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, el psicoanálisis en la filosofía, el modelo de psicoanálisis, la teoría del psicoanálisis, la psicología y la terapia psicoanalítica) de Sigmund Freud y sus seguidores y las doctrinas conductistas basadas en los descubrimientos sobre estímulo-respuesta del fisiólogo ruso Iván Petróvich Pávlov. Freud atribuyó el problema del bien y del mal en cada individuo a la lucha entre el impulso del yo instintivo para satisfacer todos sus deseos y la necesidad del yo social de controlar o reprimir la mayoría de esos impulsos con el fin de que el individuo actúe dentro de la sociedad. A pesar de que la influencia de Freud no ha sido asimilada por completo en el conjunto del pensamiento ético, la psicología freudiana ha mostrado que la culpa, respondiendo a motivaciones de naturaleza sexual, subyace en el pensamiento clásico que dilucida sobre el bien y el mal.
El conductismo, a través de la observación de los comportamientos animales, formuló una teoría según la cual la naturaleza humana podía ser variada, creando una serie de estímulos que facilitaran circunstancias favorables para respuestas sociales condicionadas.Entre las Líneas En la década de 1920 el conductismo fue aceptado en Estados Unidos, en especial en teorías de pediatras, aprendizaje infantil y educación en general. Tuvo su mayor influencia, sin embargo, en el pensamiento de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Allí, el llamado nuevo ciudadano soviético fue instruido de acuerdo con los principios conductistas a través del condicionante poder de la rígida y controlada sociedad soviética. La ética soviética definía lo bueno como todo aquello beneficioso para el Estado y lo malo como aquello que se le oponía o lo cuestionaba.
En sus escritos de finales del siglo XIX y principios del XX, el filósofo y psicólogo estadounidense William James abordó algunos de los puntos centrales y característicos en las interpretaciones de Freud y Pávlov. James es más conocido como el fundador del pragmatismo, que defiende que el valor de las ideas está determinado por sus consecuencias. Su mayor contribución a la teoría ética, no obstante, descansa en su insistencia al valorar la importancia de las interrelaciones, tanto en las ideas como en otros fenómenos.
TENDENCIAS RECIENTES
El filósofo británico Bertrand Russell marcó un cambio de rumbo en el pensamiento ético de las últimas décadas. Muy crítico con la moral convencional, reivindicó la idea de que los juicios morales expresan deseos individuales o hábitos aceptados.Entre las Líneas En su pensamiento, tanto el santo ascético como el sabio independiente son pobres modelos humanos porque ambos son individuos incompletos. Los seres humanos completos participan en plenitud de la vida de la sociedad y expresan todo lo que concierne a su naturaleza. Algunos impulsos tienen que ser reprimidos en interés de la sociedad y otros en interés del desarrollo del individuo, pero el crecimiento natural ininterrumpido y la autorrealización de una persona son los factores que convierten una existencia en buena y una sociedad en una convivencia armoniosa.
Varios filósofos del siglo XX, algunos de los cuales han asumido las teorías del existencialismo, se han interesado por el problema de la elección ética individual lanzada por Kierkegaard y Nietzsche. La orientación de algunos de estos pensadores es religiosa, como la del filósofo ruso Nikolái Alexándrovich Berdiáiev, que subrayó la libertad del espíritu individual; la del filósofo austro-judío Martin Buber, que se ocupó de la moral de las relaciones entre individuos; la del teólogo protestante germano-estadounidense Paul Tillich, que resaltó el valor de ser uno mismo, y la del filósofo y dramaturgo católico francés Gabriel Marcel y el filósofo y psiquiatra protestante alemán Karl Jaspers, ambos interesados en la unicidad del individuo y la importancia de la comunicación entre los individuos. Una tendencia distinta en el pensamiento ético moderno caracteriza los escritos de los filósofos franceses Jacques Maritain y Étienne Gilson, que siguieron la línea marcada por santo Tomás de Aquino. Según Maritain, “el existencialismo verdadero” pertenece a esta tradición cristiana.
Otros filósofos modernos no aceptan ninguna de las religiones tradicionales. El filósofo alemán Martin Heidegger mantenía que no existe ningún Dios, aunque alguno puede surgir en el futuro. Los seres humanos, por lo tanto, se hallan solos en el Universo y tienen que adoptar y asumir sus decisiones éticas en la conciencia constante de la muerte. [rtbs name=”muerte”] [rtbs name=”pena-de-muerte”] [rtbs name=”pena-capital”] [rtbs name=”muerte”] El filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre razonó su agnosticismo pero también resaltó la heideggeriana conciencia de la muerte. [rtbs name=”muerte”] [rtbs name=”pena-de-muerte”] [rtbs name=”pena-capital”] [rtbs name=”muerte”] Sartre mantuvo que los individuos tienen la responsabilidad ética de comprometerse en las actividades sociales y políticas de su tiempo. El supuesto conflicto sobre la existencia de un Dios omnipresente, no revestía ningún sentido de trascendencia para el individuo, pues en nada afectaba a su compromiso con la libertad personal
Entre otros filósofos modernos, como el estadounidense John Dewey, figuran los que se han interesado por el pensamiento ético desde el punto de vista del instrumentalismo. Según Dewey, el bien es aquello que ha sido elegido después de reflexionar tanto sobre el medio como sobre las probables consecuencias de llevar a cabo ese acto considerado bueno o un bien.
La discusión contemporánea sobre la ética ha continuado con los escritos de George Edward Moore, en particular por los efectos de su Principia ethica. Moore mantuvo que los principios éticos son definibles en los términos de la palabra bueno, considerando que ‘la bondad’ es indefinible. Esto es así porque la bondad es una cualidad simple, no analizable.
Los filósofos que no están de acuerdo con Moore en este sentido, y que creen que se puede analizar el bien, son llamados naturalistas. A Moore se le califica de intuicionista. Naturalistas e intuicionistas consideran los enunciados éticos como descriptivos del mundo, o sea, verdadero o falso. Los filósofos que difieren de esta posición pertenecen a una tercera escuela, no cognitiva, donde la ética no representa una forma de conocimiento y el lenguaje ético no es descriptivo. Una rama importante de la escuela no cognitiva defiende el empirismo (véase) o positivismo lógico, que cuestiona la validez de los planteamientos éticos que están comparados con enunciados de hecho o de lógica. Algunos empiristas (véase empirismo) lógicos afirman que los enunciados éticos solo tienen significado emocional o persuasivo. (1)
Ética en relación con la Filosofía
[rtbs name=”home-filosofia”]Ética (del griego ethika, de ethos, ‘comportamiento’, ‘costumbre’), principios o pautas de la conducta humana, a menudo y de forma impropia llamada moral (del latín mores, ‘costumbre’) y por extensión, el estudio de esos principios a veces llamado filosofía moral. Este artículo se ocupa de la ética sobre todo en este último sentido y se concreta al ámbito de la civilización occidental, aunque cada cultura ha desarrollado un modelo ético propio.
La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana, y para distinguirse de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física. Las ciencias empíricas sociales, sin embargo, incluyendo la psicología, chocan en algunos puntos con los intereses de la ética ya que ambas estudian la conducta social. Por ejemplo, las ciencias sociales a menudo procuran determinar la relación entre principios éticos particulares y la conducta social, e investigar las condiciones culturales que contribuyen a la formación de esos principios.
Ética: Homo cogitat
“La idea que constituye el alma humana tiene por objeto el cuerpo, es decir, un cierto modo de la extensión existente en acto, y no es otra cosa”. Así dice una de las definiciones del ser humano que propone Spinoza, para quien el alma y el cuerpo no constituyen más que el mismo ser humano considerado bajo dos atributos diferentes.
Puntualización
Sin embargo, en relación a su ser empírico, el alma se encuentra sometida a las afecciones del cuerpo, que son las representaciones o ideas del alma. Como tales, estas ideas relativas a las cosas y a los seres son necesariamente inadecuadas, aunque “el alma no se equivoca por el hecho de imaginar, sino solo cuando se la considera privada de una idea que excluye la existencia de los objetos que ella imagina presentes”.Entre las Líneas En otras palabras, tener una idea adecuada (conocer) consiste en conceptuar las cosas en función de su propia transparencia dentro de nuestro intelecto, sabiendo que no son más que imaginaciones (o ideas de las afecciones corporales), inevitablemente nacidas del cuerpo sensible. Pues si la corporeidad del cuerpo es una esencia o un modo eterno de la sustancia, el cuerpo es capaz de un conocimiento racional u objetivo, y “sólo cuando nuestro pensamiento es en el fondo pensamiento en Dios, nuestras ideas pueden ser adecuadas”. Como ocurre en nuestro conocimiento de los objetos geométricos o matemáticos, de los que tenemos una representación necesariamente sustraída a las incertidumbres (suertes, azares) de nuestras ideas perceptivas o imaginarias.Si, Pero: Pero no es más que un conocimiento de segundo género, en la medida en que sus objetos no son sino determinaciones de los atributos sustanciales que son el espacio y el tiempo, y en virtud del cual estamos capacitados para percibir las cosas sub specie quadam aeternitatis (bajo una cierta especie de eternidad).
La razón del deseo
“Non ridere, non lugere, neque detestari, sed intelligere” (“No reírse de ello, no afligirse por ello, ni tampoco indignarse, sino comprender”). Tal podría ser la máxima previa a este conocimiento de la verdad que es “nuestro supremo bien”. El ser humano está condicionado al orden de la necesidad, “como si fuera cuestión de líneas, de superficies y de sólidos”, excluyendo así su libre albedrío, ya que “la voluntad y el entendimiento son una sola y misma cosa”. Y es que el alma no quiere o no se realiza como tal sino en calidad de idea del entendimiento, el cual es expresión del “primer y único fundamento de la virtud” que es el esfuerzo propio de toda cosa de persistir en su ser: “Yo digo que una cosa es libre cuando existe y está determinada a actuar por la sola necesidad de su naturaleza”. Comprender es tanto querer comprender la voluntad de Dios como querer lo que Dios comprende: somos aún más agentes en el mundo cuanto pacientes en Dios, y a la inversa. Las cosas que juzgamos buenas o malas dependen de nuestra buena voluntad, pero nunca al revés. Tales son las condiciones de la libertad humana como autonomía racional.
Otros Elementos
Además, el ser humano sigue siendo perfectible en razón del esfuerzo intelectual o autocrítico realizado en el logro de su transparencia intelectual en el orden divino inmanente del mundo: “la perfección de las cosas debe ser estimada solo según su naturaleza y su capacidad”, y no según la representación eventual de un fin providencial o paradigmático (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Basta, pues, con dar al conatus elemental que actúa en la persistencia de todo ser una representación adecuada, es decir, consciente de ella misma en el deseo (cupiditas), para proporcionar gozo o tristeza según aumente o disminuya nuestra capacidad de actuar. El amor y el odio, la esperanza o el temor, no se distinguen de ambos affectus primitivos más que por la imaginación de la que proceden. Así, por ejemplo, “el amor es un gozo que acompaña la idea de una causa exterior”, es decir, una afección corporal determinada por la imagen de un objeto exterior y por tanto imaginario.Entre las Líneas En este sentido, el amor no es más que una alegría imaginaria, o una imaginación de la alegría.
Puntualización
Sin embargo, el conocimiento racional puede liberarnos de la alternativa que nos hace experimentar sucesiva y simultáneamente el amor y el gozo, porque el conocimiento del bien y del mal no nos da más que un poder relativo sobre nuestras imaginaciones o sobre nosotros mismos, de la misma manera que la imagen mental del Sol que percibimos nos obliga a una alternativa que traiciona nuestra pasividad, pues mientras no conozcamos el Sol como objeto de la astronomía, conjeturaremos inevitablemente sobre su alejamiento o su proximidad.
Prudencia, placer o poder
Algunas veces los principios elegidos no tienen especificado su valor último, en la creencia de que tal determinación es imposible. Esa filosofía ética iguala la satisfacción en la vida con prudencia, placer o poder, pero se deduce ante todo de la creencia en la doctrina ética de la realización natural humana como el bien último.
Una persona que carece de motivación para tener una preferencia puede resignarse a aceptar todas las costumbres y por ello puede elaborar una filosofía de la prudencia. Esa persona vive, de esta forma, de conformidad con la conducta moral de la época y de la sociedad.
El hedonismo es la filosofía que enseña que el bien más elevado es el placer. El hedonista tiene que decidir entre los placeres más duraderos y los placeres más intensos, si los placeres presentes tienen que ser negados en nombre de un bienestar global y si los placeres mentales son preferibles a los placeres físicos.
Una filosofía en la que el logro más elevado es el poder puede ser resultado de una competición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Como cada victoria tiende a elevar el nivel de la competición, el final lógico de una filosofía semejante es un poder ilimitado o absoluto. Los que buscan el poder pueden no aceptar las reglas éticas marcadas por la costumbre y, en cambio, conformar otras normas y regirse por otros criterios que les ayuden a obtener el triunfo. Pueden intentar convencer a los demás de que son morales en el sentido aceptado del término, para enmascarar sus deseos de conseguir poder y tener la recompensa habitual de la moralidad.
Ética y penitencia
Conforme la Iglesia medieval se hizo más poderosa, se desarrolló un modelo de ética que aportaba el castigo para el pecado y la recompensa de la inmortalidad para premiar la virtud. Las virtudes más importantes eran la humildad, la continencia, la benevolencia y la obediencia; la espiritualidad, o la bondad de espíritu, era indispensable para la moral. Todas las acciones, tanto las buenas como las malas, fueron clasificadas por la Iglesia y se instauró un sistema de penitencia temporal como expiación de los pecados.
Las creencias éticas de la Iglesia medieval fueron recogidas en literatura en la Divina Comedia de Dante, que estaba influenciada por las filosofías de Platón, Aristóteles y santo Tomás de Aquino.Entre las Líneas En la sección de la Divina Comedia titulada ‘Infierno’, Dante clasifica el pecado bajo tres grandes epígrafes, cada uno de los cuales tenía más subdivisiones.Entre las Líneas En un orden creciente de pecado colocó los pecados de incontinencia (sensuales o emocionales), de violencia o brutalidad (de la voluntad), y de fraude o malicia (del intelecto). Las tres facultades del alma de Platón son repetidas así en su orden jerárquico original, y los pecados son considerados como perversiones de una u otra de las tres facultades.
Historia
Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Aunque los distintos sistemas morales se establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, evolucionaron a veces de forma irracional, a partir de que se violaran los tabúes religiosos o de conductas que primero fueron hábito y luego costumbre, o asimismo de leyes impuestas por líderes para prevenir desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran impuestos por líderes seculares como Ptahhotep, y estaban mezclados con una religión estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o cada sumerio.Entre las Líneas En la China clásica las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral. Los filósofos griegos, desde el siglo VI a. C. en adelante, teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó al posterior desarrollo de la ética como una filosofía.
El deseo del deseo
El conocimiento objetivo o abstracto no es todavía el conocimiento llamado intuitivo o del tercer género, que solo se aplica a las cosas singulares, a su “ipsidad” como modo de ser.Entre las Líneas En su esencia, modo eterno de la intelección infinita, el alma puede ser contemplada desde y a la vista de esta eternidad que no será una simple determinación negativa del tiempo (sin principio ni fin), sino de todos los instantes sin ser ninguno. Del mismo modo, en un envoltorio carnal, el cuerpo será irreductible a la consecución de las afecciones que el alma imagina irracionales (en el conocimiento del primer género) o racionales (en la ciencia del segundo género). Estaría dotado de una forma o de una corporeidad individual a la que corresponde una idea indivisa en Dios, pues es un modo eterno de la extensión infinita. Y es que el concepto de división no es en Spinoza subsecuente al de la indivisión: ambos son, por decirlo así, coetáneos al formar parte de la economía general del ser (o Facies totius universi).
Una Conclusión
En definitiva, el mundo se revela como expresión finita de un poder infinito, gracias al cual “sentimos y experimentamos que somos eternos”, por lo que nos es lícito meditar y contemplar, en proporción a nuestra persistencia, el orden de las realidades eternas, puesto que “nuestra alma es un modo eterno de pensar que está determinado por otro modo de pensar, y este, a su vez, por otro, y así sucesivamente hasta el infinito”: esta reverberación pone de manifiesto la infinita afinidad de los modos finitos. Así, a través del tercer género de conocimiento, la inteligencia de las cosas (“esfuerzo supremo del alma y de su virtud suprema”) conduce al amor intelectual de Dios, ejercicio puro de intelección que podríamos llamar naturans. De forma que el ser humano, como modo naturata o determinado, se reduce como reflexión a la segunda potencia. No, sin embargo, como las propiedades de una figura geométrica, dejándose deducir de su definición, puesto que “un efecto es el más perfecto de todos si es producido inmediatamente por Dios”, de manera que la afinidad intelectual (del mundo) y la inteligibilidad infinita (de la sustancia) no se entienden ya en términos de definición (tras la deducción), sino de manera cogenital, connatural o innata, razón por la que podemos acceder a la beatitud, o satisfacción propia en la aquiescentia in se ipso. A Spinoza no le importa que la sabiduría o la salvación sean algo “arduo que se alcanza muy raramente”, y no estén “en nuestra mano o sean accesibles sin gran esfuerzo”: se contenta con “fijar el vértigo” de la eternidad, produciendo una de las obras más grandes jamás escritas, es decir, una de esas cosas bellas sobre las que él mismo concluye que son “tan difíciles como raras”.
Tendencias recientes
El filósofo británico Bertrand Russell marcó un cambio de rumbo en el pensamiento ético de las últimas décadas. Muy crítico con la moral convencional, reivindicó la idea de que los juicios morales expresan deseos individuales o hábitos aceptados.Entre las Líneas En su pensamiento, tanto el santo ascético como el sabio independiente son pobres modelos humanos porque ambos son individuos incompletos. Los seres humanos completos participan en plenitud de la vida de la sociedad y expresan todo lo que concierne a su naturaleza. Algunos impulsos tienen que ser reprimidos en interés de la sociedad y otros en interés del desarrollo del individuo, pero el crecimiento natural ininterrumpido y la autorrealización de una persona son los factores que convierten una existencia en buena y una sociedad en una convivencia armoniosa.
Varios filósofos del siglo XX, algunos de los cuales han asumido las teorías del existencialismo, se han interesado por el problema de la elección ética individual lanzada por Kierkegaard y Nietzsche. La orientación de algunos de estos pensadores es religiosa, como la del filósofo ruso Nikolái Alexándrovich Berdiáiev, que subrayó la libertad del espíritu individual; la del filósofo austro-judío Martin Buber, que se ocupó de la moral de las relaciones entre individuos; la del teólogo protestante germano-estadounidense Paul Tillich, que resaltó el valor de ser uno mismo, y la del filósofo y dramaturgo católico francés Gabriel Marcel y el filósofo y psiquiatra protestante alemán Karl Jaspers, ambos interesados en la unicidad del individuo y la importancia de la comunicación entre los individuos. Una tendencia distinta en el pensamiento ético moderno caracteriza los escritos de los filósofos franceses Jacques Maritain y étienne Gilson, que siguieron la línea marcada por santo Tomás de Aquino. Según Maritain, “el existencialismo verdadero” pertenece a esta tradición cristiana.
Otros filósofos modernos no aceptan ninguna de las religiones tradicionales. El filósofo alemán Martin Heidegger mantenía que no existe ningún Dios, aunque alguno puede surgir en el futuro. Los seres humanos, por lo tanto, se hallan solos en el Universo y tienen que adoptar y asumir sus decisiones éticas en la conciencia constante de la muerte. [rtbs name=”muerte”] [rtbs name=”pena-de-muerte”] [rtbs name=”pena-capital”] [rtbs name=”muerte”] El filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre razonó su agnosticismo pero también resaltó la heideggeriana conciencia de la muerte. [rtbs name=”muerte”] [rtbs name=”pena-de-muerte”] [rtbs name=”pena-capital”] [rtbs name=”muerte”] Sartre mantuvo que los individuos tienen la responsabilidad ética de comprometerse en las actividades sociales y políticas de su tiempo. El supuesto conflicto sobre la existencia de un Dios omnipresente, no revestía ningún sentido de trascendencia para el individuo, pues en nada afectaba a su compromiso con la libertad personal.
Entre otros filósofos modernos, como el estadounidense John Dewey, figuran los que se han interesado por el pensamiento ético desde el punto de vista del instrumentalismo. Según Dewey, el bien es aquello que ha sido elegido después de reflexionar tanto sobre el medio como sobre las probables consecuencias de llevar a cabo ese acto considerado bueno o un bien.
La discusión contemporánea sobre la ética ha continuado con los escritos de George Edward Moore, en particular por los efectos de su Principia ethica. Moore mantuvo que los principios éticos son definibles en los términos de la palabra bueno, considerando que ‘la bondad’ es indefinible. Esto es así porque la bondad es una cualidad simple, no analizable.
Los filósofos que no están de acuerdo con Moore en este sentido, y que creen que se puede analizar el bien, son llamados naturalistas. A Moore se le califica de intuicionista. Naturalistas e intuicionistas consideran los enunciados éticos como descriptivos del mundo, o sea, verdadero o falso. Los filósofos que difieren de esta posición pertenecen a una tercera escuela, no cognitiva, donde la ética no representa una forma de conocimiento y el lenguaje ético no es descriptivo. Una rama importante de la escuela no cognitiva defiende el empirismo (véase) o positivismo lógico, que cuestiona la validez de los planteamientos éticos que están comparados con enunciados de hecho o de lógica. Algunos empiristas (véase empirismo) lógicos afirman que los enunciados éticos solo tienen significado emocional o persuasivo.
La temprana ética griega
En el siglo VI a.C. el filósofo heleno Pitágoras desarrolló una de las primeras reflexiones morales a partir de la misteriosa religión griega del orfismo.Entre las Líneas En la creencia de que la naturaleza intelectual es superior a la naturaleza sensual y que la mejor vida es la que está dedicada a la disciplina mental, fundó una orden semirreligiosa con leyes que hacían hincapié en la sencillez en el hablar, el vestir y el comer. Sus miembros ejecutaban ritos que estaban destinados a demostrar sus creencias religiosas.
En el siglo V a.C. los filósofos griegos conocidos como sofistas, que enseñaron retórica, lógica y gestión de los asuntos públicos, se mostraron escépticos en lo relativo a sistemas morales absolutos. El sofista Protágoras enseñó que el juicio humano es subjetivo y que la percepción de cada uno solo es válida para uno mismo. Gorgias llegó incluso al extremo de afirmar que nada existe, pues si algo existiera los seres humanos no podrían conocerlo; y que si llegaban a conocerlo no podrían comunicar ese conocimiento. Otros sofistas, como Trasímaco, creían que la fuerza hace el derecho. Sócrates se opuso a los sofistas. Su posición filosófica, representada en los diálogos de su discípulo Platón, puede resumirse de la siguiente manera: la virtud es conocimiento; la gente será virtuosa si sabe lo que es la virtud, y el vicio, o el mal, es fruto de la ignorancia. Así, según Sócrates, la educación como aquello que constituye la virtud puede conseguir que la gente sea y actúe conforme a la moral.
Epicureísmo
En los siglos IV y III a. C., el filósofo griego Epicuro desarrolló un sistema de pensamiento, más tarde llamado epicureísmo, que identificaba la bondad más elevada con el placer, sobre todo el placer intelectual y, al igual que el estoicismo, abogó por una vida moderada, incluso ascética, dedicada a la contemplación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). El principal exponente romano del epicureísmo fue el poeta y filósofo Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), escrito hacia la mitad del siglo I a. C., combinaba algunas ideas derivadas de las doctrinas cosmológicas del filósofo griego Demócrito con otras derivadas de la ética de Epicuro. Los epicúreos buscaban alcanzar el placer manteniendo un estado de serenidad, es decir, eliminando todas las preocupaciones de carácter emocional. Consideraban las creencias y prácticas religiosas perniciosas porque preocupaban al individuo con pensamientos perturbadores sobre la muerte y la incertidumbre de la vida después de ese tránsito. Los epicúreos mantenían también que es mejor posponer el placer inmediato con el objeto de alcanzar una satisfacción más segura y duradera en el futuro; por lo tanto, insistieron en que la vida buena lo es en cuanto se halla regulada por la autodisciplina.
Psicoanálisis y conductismo
La ética moderna está muy influida por el psicoanálisis (véase sobre el enfoque de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, el psicoanálisis en la filosofía, el modelo de psicoanálisis, la teoría del psicoanálisis, la psicología y la terapia psicoanalítica) de Sigmund Freud y sus seguidores y las doctrinas conductistas basadas en los descubrimientos sobre estímulo-respuesta del fisiólogo ruso Iván Petróvich Pávlov. Freud atribuyó el problema del bien y del mal en cada individuo a la lucha entre el impulso del yo instintivo para satisfacer todos sus deseos y la necesidad del yo social de controlar o reprimir la mayoría de esos impulsos con el fin de que el individuo actúe dentro de la sociedad. A pesar de que la influencia de Freud no ha sido asimilada por completo en el conjunto del pensamiento ético, la psicología freudiana ha mostrado que la culpa, respondiendo a motivaciones de naturaleza sexual, subyace en el pensamiento clásico que dilucida sobre el bien y el mal.
El conductismo, a través de la observación de los comportamientos animales, formuló una teoría según la cual la naturaleza humana podía ser variada, creando una serie de estímulos que facilitaran circunstancias favorables para respuestas sociales condicionadas.Entre las Líneas En la década de 1920 el conductismo fue aceptado en Estados Unidos, en especial en teorías de pediatras, aprendizaje infantil y educación en general. Tuvo su mayor influencia, sin embargo, en el pensamiento de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Allí, el llamado nuevo ciudadano soviético fue instruido de acuerdo con los principios conductistas a través del condicionante poder de la rígida y controlada sociedad soviética. La ética soviética definía lo bueno como todo aquello beneficioso para el Estado y lo malo como aquello que se le oponía o lo cuestionaba.
En sus escritos de finales del siglo XIX y principios del XX, el filósofo y psicólogo estadounidense William James abordó algunos de los puntos centrales y característicos en las interpretaciones de Freud y Pávlov. James es más conocido como el fundador del pragmatismo, que defiende que el valor de las ideas está determinado por sus consecuencias. Su mayor contribución a la teoría ética, no obstante, descansa en su insistencia al valorar la importancia de las interrelaciones, tanto en las ideas como en otros fenómenos.
Estoicismo
La filosofía del estoicismo se desarrolló en torno al 300 a. C. durante los periodos helenístico y romano.Entre las Líneas En Grecia los principales filósofos estoicos fueron Zenón de Citio, Cleantes y Crisipo de Soli.Entre las Líneas En Roma el estoicismo resultó ser la más popular de las filosofías griegas y Cicerón fue, entre los romanos ilustres, uno de los que cayó bajo su influencia. Sus principales representantes durante el periodo romano fueron el filósofo griego Epicteto y el emperador y pensador romano Marco Aurelio. Según los estoicos, la naturaleza es ordenada y racional, y solo puede ser buena una vida llevada en armonía con la naturaleza. Los filósofos estoicos, sin embargo, también se mostraban de acuerdo en que como la vida está influenciada por circunstancias materiales el individuo tendría que intentar ser todo lo independiente posible de tales condicionamientos. La práctica de algunas virtudes cardinales, como la prudencia, el valor, la templanza y la justicia, permite alcanzar la independencia conforme el espíritu del lema de los estoicos, “Aguanta y renuncia”. De ahí, que la palabra estoico haya llegado a significar fortaleza frente a la dificultad.
Ética Después de la reforma de la Iglesia Cristiana
La influencia de las creencias y prácticas éticas cristianas disminuyó durante el renacimiento. La Reforma protestante provocó un retorno general a los principios básicos dentro de la tradición cristiana, cambiando el énfasis puesto en algunas ideas e introduciendo otras nuevas. Según Martín Lutero, la bondad de espíritu es la esencia de la piedad cristiana. Al cristiano se le exige una conducta moral o la realización de actos buenos, pero la justificación, o la salvación, viene solo por la fe. El propio Lutero había contraído matrimonio y el celibato dejó de ser obligatorio para el clero protestante.
El teólogo protestante francés y reformista religioso Juan Calvino aceptó la doctrina teológica de que la salvación se obtiene solo por la fe y mantuvo también la doctrina agustina del pecado original. Los puritanos eran calvinistas y se adhirieron a la defensa que hizo Calvino de la sobriedad, la diligencia, el ahorro y la ausencia de ostentación; para ellos la contemplación era holgazanería y la pobreza era o bien castigo por el pecado o bien la evidencia de que no se estaba en gracia de Dios. Los puritanos creían que solo los elegidos podrían alcanzar la salvación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Se consideraban a sí mismos elegidos, pero no podían estar seguros de ello hasta que no hubieran recibido una señal. Creían que su modo de vida era correcto en un plano ético y que ello comportaba la prosperidad mundana. La prosperidad fue aceptada pues como la señal que esperaban. La bondad se asoció a la riqueza y la pobreza al mal. No lograr el éxito en la profesión de cada uno pareció ser un signo claro de que la aprobación de Dios había sido negada. La conducta que una vez se pensó llevaría a la santidad, llevó a los descendientes de los puritanos a la riqueza material.
En general, durante la Reforma la responsabilidad individual se consideró más importante que la obediencia a la autoridad o a la tradición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Este cambio, que de una forma indirecta provocó el desarrollo de la ética secular moderna, se puede apreciar en De iure belli et pacis (La ley de la guerra y la paz, 1625) realizado por el jurista, teólogo y estadista holandés Hugo Grocio. Aunque esta obra apoya algunas de las doctrinas de santo Tomás de Aquino, se centra más en las obligaciones políticas y civiles de la gente dentro del espíritu de la ley romana clásica. Grocio afirmaba que el derecho natural es parte del derecho divino y se funda en la naturaleza humana, que muestra un deseo por lograr la asociación pacífica con los demás y una tendencia a seguir los principios generales en la conducta. Por ello, la sociedad está basada de un modo armónico en el derecho natural.
Escuelas griegas de ética
La mayoría de las escuelas de filosofía moral griegas posteriores surgieron de las enseñanzas de Sócrates. Cuatro de estas escuelas fueron creadas por sus discípulos inmediatos: los cínicos, los cirenaicos, los megáricos (escuela fundada por Euclides de Megara) y los platónicos.
Los cínicos, en especial el filósofo Antístenes, afirmaban que la esencia de la virtud, el bien único, es el autocontrol, y que esto se puede inculcar. Los cínicos despreciaban el placer, que consideraban el mal si era aceptado como una guía de conducta. Juzgaban todo orgullo como un vicio, incluyendo el orgullo en la apariencia, o limpieza. Se cuenta que Sócrates dijo a Antístenes: “Puedo ver tu orgullo a través de los agujeros de tu capa”.
Los cirenaicos, sobre todo Aristipo de Cirene, eran hedonistas y creían que el placer era el bien mayor (en tanto en cuanto no dominara la vida de cada uno), que ningún tipo de placer es superior a otro y, por ello, que solo es mensurable en grado y duración.
Los megáricos, seguidores de Euclides, propusieron que aunque el bien puede ser llamado sabiduría, Dios o razón, es ‘uno’ y que el Bien es el secreto final del Universo que solo puede ser revelado mediante el estudio lógico.
Según Platón, el bien es un elemento esencial de la realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo imperfecto de lo real, que es el bien.Entre las Líneas En sus Diálogos (primera mitad del siglo IV a. C.) mantiene que la virtud humana descansa en la aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el mundo. El alma humana está compuesta por tres elementos -el intelecto, la voluntad y la emoción- cada uno de los cuales posee una virtud específica en la persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la de las emociones es la templanza, o el autocontrol.
La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo tanto una persona buena. Aristóteles, discípulo de Platón, consideraba la felicidad como la meta de la vida.Entre las Líneas En su principal obra sobre esta materia, ética a Nicómaco (finales del siglo IV a. C.), definió la felicidad como una actividad que concuerda con la naturaleza específica de la humanidad; el placer acompaña a esta actividad pero no es su fin primordial. La felicidad resulta del único atributo humano de la razón, y funciona en armonía con las facultades humanas. Aristóteles mantenía que las virtudes son en esencia un conjunto de buenos hábitos y que para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y la emoción, como el valor. Las virtudes morales son hábitos de acción que se ajustan al término medio, el principio de moderación, y han de ser flexibles debido a las diferencias entre la gente y a otros factores condicionantes. Por ejemplo, lo que uno puede comer depende del tamaño, la edad y la ocupación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).Entre las Líneas En general, Aristóteles define el término medio como el estado virtuoso entre los dos extremos de exceso e insuficiencia; así, la generosidad, una virtud, es el punto medio entre el despilfarro y la tacañería. Para Aristóteles, las virtudes intelectuales y morales son solo medios destinados a la consecución de la felicidad, que es el resultado de la plena realización del potencial humano.
Ser en sí y concebir para sí
La primera parte, titulada De deo (De Dios), comienza con la definición de la causa en sí (causa sui) como sustancia; es decir, aquello cuyo concepto, para formarse, no precisa del concepto de otra cosa. Como tal, la sustancia es infinita y comporta, además, una infinidad de atributos y modos. Ahora bien, la extensión y el pensamiento son los dos atributos que “el entendimiento percibe de una sustancia como constitutivos de su propia esencia”. Si la sustancia, como tal, se implica ella misma como causa de sí, nuestro entendimiento solo puede concebirla bajo dos especies.Entre las Líneas En consecuencia, distingue la extensión y el pensamiento según dos puntos de vista: en relación con ellos mismos (o forma) no se explican más que por sí mismos (por sí), son atributos; y según sus determinaciones (o contenido) en relación con su figura y movimiento (espacio), y la idea (pensamiento), son modos (o afecciones de la sustancia); además, en el primer caso son infinitos y en el segundo finitos.
Puntualización
Sin embargo, la infinitud de la sustancia no es la del atributo, por lo que hay que evitar identificarla como intrínseca o como infinidad de la infinidad (en sí y para sí), lo mismo que las dos infinidades relativas o eventuales del pensamiento y de la extensión, pues no incluyen su principio (para sí sin ser en-sí). De lo que se deduce que se limitan a cosas de la misma naturaleza y que el límite del pensamiento no es, pues, el cuerpo, como en Descartes, sino el pensamiento mismo (index sui), y a la inversa, en virtud precisamente de la sustancia (o de Dios), por lo que hay que concluir necesariamente en la indivisión, la unicidad y la infinitud: “De lo que es infinito solamente en su género, podemos negar una infinidad de atributos; pero sobre lo que es absolutamente infinito, pertenece a su esencia todo lo que expresa la esencia y no envuelve negación ninguna”.
Ahora bien, Spinoza completa la primera prueba de la existencia de Dios, “pertenece a la naturaleza de una sustancia existir”, haciendo de Dios mismo la prueba de su existencia, pues su idea se deduce de su autodefinición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).
Otros Elementos
Además, “aquello cuya esencia envuelve la existencia” es la existencia como essentia actuosa o potencia del ser. Pues si, por ejemplo, tales o cuales triángulos actuales (existencia) no agotan su idea (esencia), porque presuponen necesariamente la extensión como atributo de la sustancia que preside su inteligibilidad, negar a Dios supone rechazar la facultad de conocer o, lo que es lo mismo, negar que una cosa pueda ser verdadera. Concebir a Dios significa, de entrada, admitirle, y al mismo tiempo reconocer que su existencia y su esencia “son una sola y misma cosa”, es decir, una verdad eterna o incondicionada.Si, Pero: Pero hablando con propiedad, el tiempo entendido como sin comienzo ni fin no es aún la eternidad, que tampoco es la duración sincrónica, siempre oponible al tiempo diacrónico y, como tal, relativa: la eternidad reside más bien en nuestra inteligencia para entender una simple y única relación en sí que escapa a esta alternativa. Comprender la eternidad es concebirse en Dios: “No puede darse ni concebirse ninguna sustancia fuera de Dios”. La relatividad de los cuerpos y las mentes (o del mundo y del ser humano), en tanto que se determinan recíprocamente, los convierte en modos de la sustancia. Y de que Dios comporta el atributo de la extensión (indivisible) no se deducirá sino su corporeidad, no que sea corporal (divisible), pues la esencia de los modos no envuelve su existencia, es decir, la necesidad, la infinidad o la eternidad de la sustancia. Los modos solo pueden definirse relativamente en el tiempo o en la duración, allí donde la sustancia se autodefine o se deduce de su propia definición (ipsum esse). Así, “por la duración solo podemos explicar la existencia de los modos; la de la sustancia se explica por la eternidad, que es el goce infinito del existir, o (forzando el latín) del esse”. Spinoza distingue entonces entre la natura naturans (la sustancia y sus atributos) y la natura naturata (los modos), que equivale a lo que llama Deus sive natura (Dios o la naturaleza). Por un lado, con respecto a la natura naturans, o a su esencia, el modo es infinito o eterno, mientras que en relación a la natura naturata es finito. Como consecuencia, el entendimiento (o la concepción) y la voluntad (o la realización) de Dios son una sola y misma cosa para el pensamiento, mientras que en la teología tradicional el entendimiento divino parece preceder a la voluntad.Entre las Líneas En el universo spinoziano, la cuestión de la prelación de Dios en el mundo no tiene lugar, pues pensar la sustancia es al mismo tiempo, necesariamente, deducir y producir las ideas y las cosas del mundo, de tal manera que el orden de las ideas (o de las causas) es el de las cosas (o los efectos). Ocurre lo mismo con el conocimiento, que consiste en comprender las cosas a través de los atributos y los modos, y nada más.
El deseo de razonar
Lo mismo sucede tratándose de la vida social, donde vivir según la razón (por naturaleza común a todos los seres humanos) es fundar la sociedad en base al deseo reflexivo (o racional), la utilidad recíproca y el acuerdo mutuo entre unos y otros. Como no se puede evitar que existan buenos (conscientes) y malos (inconscientes), se imponen reglas de conducta.
Otros Elementos
Además, “el ser humano que se conduce según la razón es más libre en la ciudad, donde vive bajo la ley común (el derecho común), que en la soledad, donde no se obedece más que a sí mismo”. Pues como la naturaleza o la esencia del ser humano es persistir o, en otras palabras, gozar infinitamente “del existir o del esse”, en la ciudad encuentra la posibilidad de ejercer su capacidad (intelectual) probándola en contacto con sus conciudadanos, y dispone de ocasiones en las que establecer su ecuanimidad o la afinidad de su alma, esto último en proporción a la igualdad de ser de todas las cosas (sea de Dios, o de la naturaleza).Entre las Líneas En efecto, como “no hay ninguna afección del cuerpo de la que no podamos formar un concepto claro y distinto”, es decir, que no puede ser relacionado a la serie infinita de las causas, lo que podemos es intelectualizar o sublimar nuestras afecciones corporales o nuestra pasividad. De manera que la acción moral no se regulará sobre preceptos, en definitiva siempre contingentes, sino sobre el sentimiento moral, siempre racional por definición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Siendo la razón nuestro supremo bien, se manifestará en la alegría, que va acompañada por la idea de su propia esencia: alegría que goza de sí misma, alegría de poder gozar infinitamente, es decir, el amor en sí y para sí (en Dios). Lo que implica que nadie puede, sin equivocarse, odiar a Dios, ni a los hombres ni a la naturaleza.
Principios éticos
Los filósofos han intentado determinar la bondad en la conducta de acuerdo con dos principios fundamentales y han considerado algunos tipos de conducta buenos en sí mismos o buenos porque se adaptan a un modelo moral concreto. El primero implica un valor final o summum bonum, deseable en sí mismo y no solo como un medio para alcanzar un fin.Entre las Líneas En la historia de la ética hay tres modelos de conducta principales, cada uno de los cuales ha sido propuesto por varios grupos o individuos como el bien más elevado: la felicidad o placer; el deber, la virtud o la obligación y la perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas. Dependiendo del marco social, la autoridad invocada para una buena conducta es la voluntad de una deidad, el modelo de la naturaleza o el dominio de la razón. Cuando la voluntad de una deidad es la autoridad, la obediencia a los mandamientos divinos o a los textos bíblicos supone la pauta de conducta aceptada. Si el modelo de autoridad es la naturaleza, la pauta es la conformidad con las cualidades atribuidas a la naturaleza humana. Cuando rige la razón, se espera que la conducta moral resulte del pensamiento racional.
Ética Cristiana
Los modelos éticos de la edad clásica fueron aplicados a las clases dominantes, en especial en Grecia. Las mismas normas no se extendieron a los no griegos, que eran llamados barbaroi (bárbaros), un término que adquirió connotaciones peyorativas.Entre las Líneas En cuanto a los esclavos, la actitud hacia los mismos puede resumirse en la calificación de ‘herramientas vivas’ que le aplicó Aristóteles.Entre las Líneas En parte debido a estas razones, y una vez que decayeron las religiones paganas, las filosofías contemporáneas no consiguieron ningún refrendo popular y gran parte del atractivo del cristianismo se explica por la extensión de la ciudadanía moral a todos, incluso a los esclavos.
El advenimiento del cristianismo marcó una revolución en la ética, al introducir una concepción religiosa de lo bueno en el pensamiento occidental. Según la idea cristiana una persona es dependiente por entero de Dios y no puede alcanzar la bondad por medio de la voluntad o de la inteligencia, sino tan solo con la ayuda de la gracia de Dios. La primera idea ética cristiana descansa en la regla de oro: “Lo que quieras que los hombres te hagan a ti, házselo a ellos” (Mt. 7,12); en el mandato de amar al prójimo como a uno mismo (Lev. 19,18) e incluso a los enemigos (Mt. 5,44), y en las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt. 22,21). Jesús creía que el principal significado de la ley judía descansa en el mandamiento “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc. 10,27).
El cristianismo primigenio realzó como virtudes el ascetismo, el martirio, la fe, la misericordia, el perdón, el amor no erótico, que los filósofos clásicos de Grecia y Roma apenas habían considerado importantes.
Deber Jurídico Como Deber Ético Específico
Parece evidente que una de las características primeras y fundamentales del deber jurídico es su pertenencia al campo general del deber ético, es decir, al mundo de los deberes que surgen de las normas éticas. Por tanto, en virtud de esta pertenencia al mundo de los deberes éticos, el deber jurídico tendrá también como núcleo central de su estructura una cierta dosis de presión o “necesidad” racional que empuja al sujeto a realizar el comportamiento establecido por la correspondiente norma jurídica. El deber jurídico tiene también, por otra parte, la peculiar característica de recaer sobre un sujeto que es parcialmente artificial. El sujeto obligado por el deber jurídico no es un individuo humano cuya identidad queda delimitada por su propia personalidad psicológica, sino que es una persona jurídica, es decir, un sujeto social estereotipado y fungible (el padre, el testigo, el comprador, el arrendatario,…). Consecuentemente, ese deber no puede subordinarse ni a la intencionalidad ni a las peculiaridades individuales de cada sujeto (como ocurre en los deberes impuestos por las normas morales), sino que tiene que configurarse como una obligación genérica y abstracta que se satisface con un cumplimiento meramente exterior y objetivo.
Consideraciones Generales
Hace referencia la expresión “ética”, en esta plataforma global, fundamentalmente a la legislación y reglamentación de normas éticas en el gobierno y profesiones.Entre las Líneas En esta plataforma, ética incluye entradas sobre cuestiones tales como Etica Profesional en el Ejercicio del Derecho, Etica médica y Etica pública.Entre las Líneas En esta plataforma, los conceptos y temas relacionados con ética incluyen los siguientes: Soborno, Empleados aduaneros, Educación religiosa, Democracia y democratización, Vendedores, Secreto, Jueces. Para más información sobre ética en un contexto más anglosajón, puede verse, en inglés, Ethics(ética).
A continuación se examinará el significado.
¿Cómo se define? Concepto de Ética
Definición breve de Ética: La rama de la filosofía que se ocupa de la moralidad. La ética se ocupa de distinguir entre el bien y el mal en el mundo, las acciones humanas correctas e incorrectas, y las características virtuosas y no virtuosas de las personas.
Ética
Características de ética
[rtbs name=”etica”]
[rtbs name=”filosofia”]
[rtbs name=”asuntos-sociales”]
Ética
Recursos
Véase También
Recursos
[rtbs name=”informes-jurídicos-y-sectoriales”][rtbs name=”quieres-escribir-tu-libro”]
Traducción al Inglés
Traducción al inglés de Ética: Ethics.
Referencias
- Basado en la información sobre ética de la Enciclopedia Encarta
- Basado en la información sobre ética de la Enciclopedia Encarta
- Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2009. Microsoft Corporation, 2008.
Derecho y Sociedad
Traducción de ética
Inglés: Ethics
Francés: éthique
Alemán: Ethik
Italiano: Etica
Portugués: ética
Polaco: Etyka
Tesauro de ética
Ciencia > Humanidades > Ciencias sociales > Filosofía > ética
Trabajo y Empleo > Relaciones laborales y Derecho del trabajo > Organización de las profesiones > Deontología profesional > ética
Asuntos Sociales > Vida social > Vida social > Bioética > ética
Véase También
- Deontología profesional
- Cláusula de conciencia
- Conflicto de intereses
- Bioética
- Comercio de órganos
- Filosofía moral
- Moral
Derecho natural
Anarquismo
Hugo Grocio
Thomas Hobbes
John Locke
David Hume
Criminología
Sociología del derecho
Ética, Ética Jurídica, Ética Religiosa, Filosofía, Globalización, Humanidades, Organización de las profesiones, Relaciones laborales, Derecho del trabajo, Sociología del Derecho,
1 comentario en «Ética»