Bioética
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(del griego βίος, bios, vida, y ήθική, êthiké, ética)“La bioética trata de los problemas éticos relacionados – escribe Eduardo Rivera López en “Derecho y Bioética”- con la medicina y de las ciencias biomédicas. Campos en que surge interés por la bioética son muchos, y entre ellos el abor¬to, la eutanasia, los trasplantes de órganos, la manipulación genética, la clonación, la relación médico-paciente (confidencialidad, consentimiento informado, conflictos de intereses), la investigación biomédica con sujetos humanos, los derechos de los animales y la justicia en la distribución de los servicios de salud. (en otro lado: el término “derecho” hace referencia, por un lado, al conjunto de reglas sociales respaldadas por el poder coercitivo del Estado y, por otro, a una disciplina (la ciencia del derecho) que estudia dichas reglas).”
Derechos humanos (aspectos bioéticos)
Derechos humanos (aspectos bioéticos) en el Diccionario de Derecho Procesal Constitucional y Convencional
Se expresa el mencionado Diccionario, sobre Derechos humanos (aspectos bioéticos) , en voz escrita por Víctor M. Martínez Bullé Goyri, en los siguientes términos: El desarrollo científico a lo largo del siglo XX experimentó una transformación cualitativa especialmente importante, caracterizada por la posibilidad de aplicación del conocimiento científico de manera mucho más rápida mediante la tecnología, que no es finalmente más que conocimiento aplicado, de ahí incluso que se haya acuñado el término de “desarrollo tecno científico”.Entre las Líneas En los siglos anteriores el desarrollo de la ciencia era más lento, y más aún lo era la posibilidad de aplicación práctica de ese conocimiento con impacto y utilidad para la vida cotidiana de las personas.
La ciencia ha transformado al mundo, las sociedades e incluso a las personas en unos cuantos años. La transformación de nuestro mundo en solo un siglo, el XX, que pasó del transporte con tracción animal a los viajes interplanetarios, del horror y la crueldad de los campos de las guerras mundiales a la llamada “guerra fría”, en que la humanidad vivía pendiente y temerosa del estallido de una conflagración atómica que habría de significar el fin de la humanidad, hasta la internacionalización y universalización de los derechos humanos, que no obstante sus características como producto cultural occidental, hoy tienen un reconocimiento y aceptación generalizados a nivel mundial.
A partir de la segunda mitad del siglo pasado, la biología y las ciencias de la salud se sumaron al vertiginoso tren de alta velocidad de la producción científica y tecnológica, lo que vino a redimensionar la relación de los individuos con la vida en general y con la vida humana en particular, especialmente a partir del descubrimiento en 1953 por Watson y Crick de la estructura de la doble hélice de la molécula del ADN, que abrió las puertas a un replanteamiento del conocimiento biológico y sobre la vida humana misma, así como a la promesa de grandes desarrollos en el área médica y de la atención de la salud. [rtbs name=”derecho-a-la-salud”]
El desarrollo de las ciencias y la tecnología, en especial en el campo de las ciencias médicas y biológicas, que han propiciado cada vez mayor impacto de la actividad humana en el medio ambiente y su degradación, fueron el detonante de las preocupaciones del bioquímico, profesor e investigador de oncología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin, Van Rensselaer Potter, que en 1970, apartándose de su campo de investigación, publicó un artículo titulado “Bioética, la ciencia de la supervivencia”, y al año siguiente su famoso libro Bioética, puente hacia el futuro, con lo que dio origen a una nueva disciplina, que hoy tiene un amplísimo impacto y desarrollo en todo el mundo.
La bioética surgió desde su inicio como un campo de trabajo interdisciplinario, que busca aprovechar el conocimiento de las ciencias físicas, biológicas, sociales y humanísticas, para que en un esfuerzo de trabajo y reflexión conjuntos se puedan alcanzar consensos éticos sobre los nuevos problemas relacionados con la vida que nos plantean los desarrollos científicos y tecnológicos, que nos enfrentan a realidades cualitativamente diferentes a las que ya conocíamos.
El derecho se ubica entre las ciencias o disciplinas morales, en tanto pretende orientar la conducta humana de acuerdo con valores, primando por supuesto la realización de la justicia en las relaciones sociales. Aunque el derecho no se confunde con la moral, pues tiene una identidad propia, puede afirmarse de forma general que el derecho en su conjunto sirve a la ética, en tanto que mediante el derecho se institucionalizan en la sociedad los valores identificados como los más importantes para la convivencia, y en ese contexto los derechos humanos son el desarrollo ético más acabado, incluso puede afirmarse que hoy día constituyen el núcleo ético del derecho.
El derecho recoge de la sociedad los valores que ésta ha asumiendo como propios y los transforma en bienes y valores jurídicos que desarrolla y con los que dota de contenido a las normas jurídicas. Por eso el derecho no es ni puede ser arbitrario, todo el sistema jurídico está dotado (o debiera estarlo) de un contenido ético que le da sentido y fuerza a la obligatoriedad de las normas jurídicas, al grado de que es en razón de esos valores que podemos hablar de la existencia de una obligación moral de obedecer el derecho.
Al ser los derechos humanos, como lo hemos dicho arriba, el núcleo ético del derecho y su regla moral, en un sentido práctico, además de la expresión jurídica de la dignidad humana, son de manera natural el punto de contacto entre el derecho y la bioética, pues los derechos humanos habrán de reflejar y recoger los consensos que se alcancen en la reflexión ética sobre estas nuevas situaciones. Más aún, los derechos humanos mismos deben ser considerados como una parte de la bioética, en cuanto son expresión de los principios éticos desarrollados dentro del propio derecho como sistema ético normativo. Así el derecho es parte de la bioética misma en tanto disciplina inter y multidisciplinaria, única forma capaz de abordar la riqueza y multidimensionalidad de las realidades que estudia.
Por otra parte, el vínculo entre la bioética y los derechos humanos es permanente y estrecho, pues todos los temas y dilemas que aborda hacen referencia a derechos humanos expresamente reconocidos hoy día, e incluso recogidos en multitud de documentos tanto de carácter nacional como internacional, algunos incluso expresamente referidos y producidos a raíz del debate bioético.Entre las Líneas En ese contexto es importante la integración de los derechos humanos en la reflexión bioética, de manera que le sirvan de marco y guía, pues como hemos señalado arriba los derechos humanos están orientados precisamente a la protección de la dignidad humana, constituyen un paradigma (modelo, patrón o marco conceptual, o teoría que sirve de modelo a seguir para resolver alguna situación determinada) ético para los estados y las sociedades contemporáneas, como un logro ético de la historia de la humanidad y gozan de aceptación y reconocimiento generalizados.
Ciencias Morales
De la misma manera, la función de teoría moral que cumplen los derechos humanos, desborda el campo estrictamente jurídico e incide en el ámbito de las ciencias sociales y morales, por lo que necesariamente la bioética debe incluirlos en la reflexión ética que realiza.
Informaciones
Los derechos humanos son así parte ineludible de la bioética, pero además los derechos humanos y el derecho en general sirven a la bioética como el medio para institucionalizar los consensos y desarrollos sobre los temas que aborda, como lo acreditan las declaraciones universales sobre Genética Humana y Derechos Humanos y sobre Bioética y Derechos Humanos, elaboradas por la Comisión de Bioética de la UNESCO y finalmente adoptada por su Asamblea General, así como el Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Biomedicina del Consejo de Europa, y la multitud de resoluciones y recomendaciones sobre temas específicos formuladas por el Comité de ministros del propio Consejo y el Parlamento Europeo, que surgieron inicialmente de instancia de reflexión bioética y terminaron por concretarse en documentos jurídicos y en nuevos derechos humanos, o al menos en nuevas expresiones de los ya existentes.
Desde el campo de los derechos humanos nos queda por delante una enorme tarea (ver más abajo), que es la identificación de la normatividad que se está viendo desbordada o superada por las nuevas situaciones y realidades que generan los desarrollos científicos y tecnológicos, poniendo en riesgo la dignidad y derechos de las personas, y no nos referimos aquí solo al campo del derecho sanitario o de la salud, sino a todas las otras áreas del derecho que no han recogido las nuevas realidades en las materias que regulan, como es el caso del derecho medioambiental, la regulación de la producción agropecuaria, la propiedad intelectual, e incluso, el derecho de familia.
Bioética y Derechos Humanos
La bioética tradicionalmente se centra en establecer límites morales entre los diferentes tipos de actos en el campo de las ciencias de la vida y su aplicación médica. No existe un método establecido para reconocer el momento en que algunas normas universales se cristalizaron en la literatura de la bioética y cuando se convirtieron en derechos básicos en los campos de la bioética.
Desde su primer uso, el término ‘bioética’ ha tenido al menos dos significados diferentes, uno más amplio que el otro. El concepto más amplio fue acuñado por Van Rensselaer Potter en 1970 3 (p.11144) y aboga por una visión global y global de la bioética que integra incluso la ética ambiental. Un tipo diferente de interpretación fue defendida por André E. Hellegers 4, quien utilizó el término “bioética” por primera vez en un campo académico de aprendizaje y en el contexto de las políticas públicas y las ciencias de la vida humanas. La bioética en este punto de vista es una forma de abordar y resolver conflictos morales generados por un nuevo concepto de medicina. Esta visión más restringida se ha vuelto dominante en gran parte de la teoría y la práctica de la bioética.
Recientemente, la bioética también ha sido considerada como una disciplina que proporciona una perspectiva crítica no solo sobre la práctica de la medicina y la biotecnología, sino también sobre el marco tradicional de los derechos humanos.
Una Conclusión
Por lo tanto, autores como Brooke A. Ackerly consideran agrupar la bioética junto con la teoría queer, los estudios culturales, la teoría racial crítica y el multiculturalismo (la creencia de que los diferentes grupos o subgrupos culturales tienen derecho al respeto, y al reconocimiento; un enfoque positivo de la diversidad cultural) como un enfoque crítico de los derechos humanos universales. 5 De hecho, la bioética configura los contornos de los derechos básicos de dos maneras diferentes. Primero, amplía el catálogo de derechos básicos o al menos pretende extender la interpretación de los derechos al dominio de la bioética.Entre las Líneas En segundo lugar, el movimiento de la bioética se extiende a los temas de protección, por ejemplo, a las “generaciones futuras”.Entre las Líneas En otras palabras, la bioética abarca no solo concepciones biológicas, sino también legales y filosóficas de la persona.
La influencia de la bioética normativa
Los instrumentos de derechos humanos después de la Segunda Guerra Mundial prestaron poca atención a las cuestiones relacionadas actualmente con la bioética, excepto por el problema de la “experimentación médica sin consentimiento”. El giro ocurrió alrededor de 1997, cuando el Proyecto del Genoma Humano 6 y la posibilidad de clonar mamíferos pusieron a la bioética a la vanguardia de los debates sobre derechos humanos. Y a pesar de que todos los intentos de clonación humana han fallado hasta el momento, todavía se considera uno de los problemas más controvertidos en la bioética, tanto desde perspectivas políticas como legales. Este temor incluso motivó a las Naciones Unidas a redactar una declaración internacional específicamente sobre la clonación humana que prohíbe todas las formas de clonación si contradicen la protección de la dignidad humana.
Los principios fundamentales de la bioética están reconocidos en declaraciones internacionales desarrolladas bajo los auspicios de la red de la ONU. La Conferencia General de la UNESCO ha aprobado tres declaraciones internacionales significativas, aunque no vinculantes. La primera, y más importante, es la Declaración Universal de 1997 sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, y el título en sí es una referencia contundente a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Esta declaración ha llevado al desarrollo de principios bioéticos universalmente aceptados, tales como el respeto por la dignidad humana, la no comercialización, el reparto (véase qué es, su definición, o concepto, y su significado como “distribution” o “sharing” en el contexto anglosajón, en inglés) de beneficios y el progreso científico, que han alcanzado un alto reconocimiento en el derecho internacional, en un nivel equivalente al de la DUDH. Esta Declaración evoca repetidamente el concepto de “dignidad humana”: al referirse en el Artículo 2 a (p.1115) la singularidad del genoma humano y en el Artículo 11 como una razón para prohibir la clonación reproductiva.
Además, Beauchamp y Childress han desarrollado cuatro principios principales de bioética 10 que desde entonces se han utilizado en todo el mundo para analizar casos, así como en educación ética.[rtbs name=”etica”]Estos cuatro principios son: respeto por la autonomía (véase qué es, su concepto; y también su definición como “autonomy” en el contexto anglosajón, en inglés), lo que significa respetar las capacidades de toma de decisiones de las personas autónomas que les permiten a las personas tomar decisiones informadas; beneficencia, que considera el equilibrio de los beneficios del tratamiento con los riesgos y costos; no maleficencia, que dicta evitar el daño; y finalmente justicia, que es aplicable para decidir tanto la asignación y los costos, como los beneficios y riesgos dentro de los sistemas de atención de la salud. [rtbs name=”derecho-a-la-salud”]
Posible Enfoque Europeo Común
El reconocimiento de los principios anteriores y la emergencia de los aspectos constitucionales y de derechos humanos en la bioética se reflejan a nivel regional supranacional. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, ahora legalmente vinculante dentro del alcance de la legislación de la UE, ofrece un catálogo de principios bioéticos comunes, como la dignidad humana y la integridad y el derecho a la vida. Con respecto a la integridad humana, la Carta se refiere al consentimiento libre e informado, la no comercialización (vender lo que se produce; véase la comercialización, por ejemplo, de productos) o/y, en muchos casos, marketing, o mercadotecnia (como actividades empresariales que tratan de anticiparse a los requerimientos de su cliente; producir lo que se vende) y la prohibición de las prácticas eugenésicas y la clonación con fines de reproducción humana. La investigación embrionaria humana y los límites de la investigación con células madre de embriones humanos (hESC), cuestiones centrales en el debate europeo, no se abordan directamente.
La bioética y los aspectos éticos de las nuevas tecnologías se consideran dentro de la Unión Europea como temas que caen dentro de la competencia de los Estados miembros, como parte de los compromisos de la UE con el pluralismo ético y el principio de subsidiariedad.
Puntualización
Sin embargo, a lo largo de los años se han adoptado un número cada vez mayor de normas europeas que se deben considerar con respecto a la investigación biomédica. Una parte de estas normas contiene requisitos de seguridad, pero se ha formulado un número creciente de requisitos legales que son similares a los estándares éticos.
Otra característica interesante del enfoque europeo es que -a pesar de que varias normas éticas internacionales, como la Declaración de Helsinki, no son jurídicamente vinculantes- para que los proyectos de investigación internacionales sean financiados por la Comisión, deben cumplir una serie de normas éticas que de lo contrario no están incluidos en las normas europeas jurídicamente vinculantes.Entre las Líneas En general, sin embargo, el marco europeo indica que la diversidad entre los estados europeos es la característica predominante de la regulación de los límites éticos de la investigación biomédica.
La Convención Europea de Derechos Humanos y Biomedicina
Aunque la Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH) fue adoptada en 1950, la bioética no se incluyó en ella hasta la Convención de Oviedo del Consejo de Europa de 1997.
Puntualización
Sin embargo, la falta de respaldo universal indica las continuas diferencias constitucionales y las diferencias en los intereses nacionales entre los estados europeos. 11 La naturaleza europea del documento (página 1146) se expresa por el énfasis puesto en la dignidad humana como el valor fundamental de la biomedicina. Su alcance es a la vez amplio y ambiguo: en lugar del término “todos”, se usa “todos los seres humanos”, lo que indica una noción más orientada biológicamente de temas jurídicos 12, así como la ambición de abarcar un campo más amplio de temas.
Bioética y el Convenio Europeo de Derechos Humanos
Si bien la regulación legal de la bioética está cubierta principalmente por los sistemas nacionales de los Estados miembros, la jurisprudencia del TEDH revela las contradicciones y los dilemas del enfoque constitucional europeo prevaleciente. El TEDH sigue la lógica y los límites del CEDH, pero dentro del marco de los derechos protegidos por el Convenio, el TEDH ha tenido que reflexionar sobre los dilemas bioéticos. Del enfoque de “instrumento vivo” se desprende que el CEDH refleja el progreso moral y / o técnico en diversos ámbitos.
Puntualización
Sin embargo, las preocupaciones morales generales y las preocupaciones bioéticas deberían diferenciarse. Por ejemplo, las preocupaciones religiosas generales y otras cuestiones morales a menudo aparecen en los debates legales sobre la permisibilidad del aborto. 14 Sin embargo, cuando el contenido del consentimiento informado antes del aborto o el acceso a métodos menos invasivos de aborto, o el acceso a pruebas genéticas prenatales se presentan ante la Corte, entonces las reglas y principios de la bioética pueden tomarse en consideración, como los principios de autonomía o no maleficencia.
Consideraciones Bioéticas en Constituciones Nacionales
Los recientes avances en la investigación biomédica y biomédica han suscitado preocupaciones éticas que han obligado a las organizaciones internacionales y supranacionales a tomar una posición e incorporar las normas bioéticas en varias convenciones, declaraciones y recomendaciones.
Puntualización
Sin embargo, a nivel nacional, este proceso se ha traducido principalmente en disposiciones legales específicas en derecho de atención médica, derecho civil, derecho de familia y ley de protección de datos.Entre las Líneas En otras palabras, las constituciones, con algunas excepciones menores, no han sido tocadas por este proceso normativo.
A pesar de la falta general de disposiciones constitucionales específicas sobre cuestiones bioéticas, la aplicación de los conceptos de dignidad, libertad, privacidad, libertad de expresión (véase; y también libertad de creación de medios de comunicación, libertad de comunicación, libertad de información, libertad de cátedra y la Convención sobre el Derecho Internacional de Rectificación, adoptada en Nueva York el 31 de marzo de 1953) y libertad de investigación científica puede ayudar a interpretar y analizar los contornos legales de las nuevas tecnologías impugnadas.Si, Pero: Pero como ha declarado Sheila Jasanoff, la “Constitución no proporciona ninguna guía sobre las cuestiones de cómo el cambio social en general, y el cambio científico en particular, deberían influir en la interpretación de las prohibiciones o garantías constitucionales”. dieciséis
La dignidad humana juega un papel central en los derechos y valores básicos en varias constituciones, y también en las normas básicas de la bioética: por ejemplo, en la Convención de Oviedo y en la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos. La dignidad puede servir como base para varios derechos, como la autodeterminación, el derecho a rechazar el tratamiento médico y el respeto por igual; todo relevante en el campo del tratamiento de pacientes vulnerables.
Otro pilar constitucional fundamental es la libertad de la ciencia. Esto se expresa en numerosas constituciones (véase, por ejemplo, el Art. 5 de la Ley Básica alemana, el Art. 33 de la Constitución italiana, el Art. 59 de la Constitución de Eslovenia). 18 La protección de la libertad de la ciencia se ha interpretado como una salvaguarda de la investigación científica y la difusión de los resultados de una influencia indebida, como la censura o el control estatal con el objetivo de utilizar la ciencia como un objetivo biopolítico.
Puntualización
Sin embargo, los intereses comerciales pueden distorsionar los resultados científicos y su aplicación, y este también es un desafío emergente para la constitucionalidad.
El principio constitucional de la libertad científica, sin embargo, no presupone que la ciencia sea una empresa objetiva y libre de valores. La interpretación judicial tropieza con dificultades cuando tiene que analizar la actividad científica de una manera compleja: separar los avances científicos de los intereses comerciales, despegar el legado de una tradición profesional más antigua y paternalista y desviar el pensamiento eugenista y reduccionista.
En las constituciones que ofrecen disposiciones explícitas relevantes para cuestiones bioéticas, de manera similar a las convenciones y declaraciones internacionales, los temas más recientes (incluso las posibilidades teóricas, como la clonación humana reproductiva) han atraído más atención que los clásicos (como el consentimiento informado, la muerte y muriendo).
El artículo 24 de la Constitución serbia 19 declara que “la vida humana es inviolable. No habrá pena de muerte en la República de Serbia. La clonación de seres humanos estará prohibida. Es interesante observar que, si bien las normas internacionales de bioética prohíben la clonación humana basada en el principio de que viola la dignidad humana, el enfoque serbio deriva esta prohibición del derecho a la vida. Se puede suponer que si bien el enfoque basado en la dignidad se centra en los aspectos morales de la clonación de seres humanos, la prohibición basada en el derecho a la vida pone énfasis en la seguridad, ya que la clonación humana (en su estado actual de desarrollo) amenaza la vida.
Uno de los marcos constitucionales más detallados de la bioética lo proporciona la Constitución suiza, que detalla las condiciones para la investigación llevada a cabo en los campos de la reproducción asistida y la tecnología genética. La donación del embrión humano y los óvulos humanos está prohibida e incluso el número de ovocitos humanos cosechados se maximiza en la Constitución. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). El comercio de órganos y ovocitos, así como la subrogación, también están expresamente prohibidos en la Constitución suiza.
La rica dimensión constitucional de la bioética se puede demostrar con el debate animado sobre el anonimato en la reproducción asistida. Como resultado del debate público iniciado por un referéndum, la Constitución suiza ha reconocido el derecho a la identidad genética.
En el contexto de EE. UU., Un ejemplo único es la Ley de Curación e Investigación de Células Madre de California que resultó en la adición del Artículo XXXV de Investigación Médica a la Constitución de California. La Sección 5 de este artículo establece un derecho constitucional para realizar investigaciones con células madre. La Sección 3, sin embargo, prohíbe el financiamiento para la clonación reproductiva.
Perú, Paraguay y Chile expresan en sus constituciones una fuerte posición pro-vida, donde un tema importante es incluso si el uso de anticonceptivos contradice el derecho a la vida consagrado en la Constitución peruana.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos sostuvo que la decisión del Tribunal Constitucional costarricense que prohíbe la fertilización in vitro (FIV) 21 violaba el derecho a no sufrir injerencias arbitrarias en la vida privada, el derecho a fundar una familia y el derecho de las mujeres a la igualdad.
Autor: Henry Davis
Aspectos Jurídicos y/o Políticos de Bioética
[rtbs name=”bioetica-y-politicas-publicas”]Bioética en relación con la Filosofía
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Otros Elementos
Además, en general la gente está más preparada e informada que antes y, a través de organismos legislativos o comités éticos, dispone del poder necesario para participar en la toma de decisiones éticas o morales. La profesión médica ya no puede confiar por entero en su propia conciencia, porque las cuestiones a las que sus miembros deben responder ya no están relacionadas simplemente por la clásica relación [1]
Racionamiento
Es posible que el siguiente problema sea el más complejo y, por supuesto, el que con menos probabilidad sea discutido entre médico y paciente. La tecnología es más sofisticada de lo que era antes, y también más cara. Y la cuestión surge de forma inevitable sobre quién debe tener un tratamiento cuando los recursos limitados indican que no todo el mundo puede. La ampliación de los servicios sanitarios a toda la población suponía cumplir un derecho reconocido legalmente; independientemente de su costo (o coste, como se emplea mayoritariamente en España) económico. Era fácil prever, no obstante, y en efecto se preveía, que la demanda superaría a la oferta, lo que ha hecho que algunos Estados hayan recortado los presupuestos de la sanidad pública, siguiendo criterios económicos y no reconociendo la sanidad como un derecho del ciudadano, que el Estado está obligado a garantizar. Tiene que ser muy comprometido para un médico, que ha sido preparado siempre para hacer lo máximo por un paciente, reconocer que ya no puede cumplir con este principio por falta de medios.Entre las Líneas En esa situación, el origen del conflicto entre lo que se hace por el bien del individuo y lo que es bueno para la sociedad, siempre se halla en problemas morales, y aparece aquí claramente planteado para la profesión médica.
En conclusión, por lo tanto, siempre han existido problemas éticos a los que los médicos se enfrentan en la práctica. Estos conflictos se han ido acentuando por los avances en la investigación y el rápido desarrollo de nuevas y costosas tecnologías. Los médicos se ven cada vez más arrastrados hacia diferentes direcciones: por un lado por los intereses de pacientes individuales y, por otro, el compromiso con la sociedad y las generaciones no nacidas todavía. Las personas profanas en estos asuntos, que forman la sociedad, están cada vez más interesadas en la ética médica. Los miembros de la profesión médica no pueden ya tomar por sí mismos las decisiones morales.
La calidad de vida
Este asunto engloba un grupo diferente de problemas, relacionados no tanto con la política médica o la ley, como con las decisiones que los médicos tienen que tomar, en un orden individual, relativas a pacientes individuales. Estos conflictos tienen más en común con los dilemas éticos del pasado, pero han llegado a ser mucho más espinosos y también, quizás, más frecuentes debido a los avances alcanzados en el campo de la tecnología médica durante el último cuarto de siglo. Cuando alguien está muy enfermo, ¿es admisible realizar cualquier acto que pueda llevarse a cabo para mantener a la persona viva, si la calidad de su vida es muy pobre y lo más probable es que no mejore? Esta cuestión se puede plantear cada vez que nace un niño muy prematuro, que no habría sobrevivido hace unos pocos años, y que hoy puede mantenerse vivo, quizás por unos meses, en una incubadora. O en el caso de una persona joven y sana víctima de un accidente, cuya vida se salva con medidas heroicas, pero que cae en las condiciones denominadas como estado vegetativo permanente, donde el cerebro permite al cuerpo seguir funcionando, pero no registra o experimenta nada, ni placer ni dolor. O puede plantearse en el caso de una persona muy mayor, que puede ser capaz de sobrevivir a una infección que antes la habría matado, pero cuya vida es, en general, una sucesión de sufrimientos.
Los casos presentados aquí están por supuesto relacionados con la Ley, ya que matar a alguien con premeditación es un asesinato, cualquiera que sea la calidad de vida de la persona. Todavía hay situaciones en que los médicos deben tomar decisiones sobre si dejan o no morir a un paciente (y realmente es discutible si la distinción entre matar y dejar morir es algo que puede ser defendido en el ámbito moral). La cuestión del consentimiento es otra vez relevante en estos casos, pues a menudo no procede de los pacientes -por ejemplo, si el paciente es un niño o se encuentra en estado vegetativo- sino de la familia. Es el médico, sin embargo, quien tiene el conocimiento y la experiencia para valorar cómo será la calidad de vida del paciente. Los médicos tienen que sopesarlo. No pueden tomar la salida fácil, y decir que nadie puede juzgar la calidad de vida de otra persona, ni que la familia lo sabrá mejor que el facultativo. Solía ser bastante corriente que los médicos tomasen individualmente tales decisiones de vida o muerte, y lo hicieran con discreción, fingiendo ante la familia que el paciente había muerto tan solo a causa de la enfermedad o de las heridas. Hoy en día, un médico puede ser sometido, en muchos países, a acciones legales si se descubre una conducta semejante.Entre las Líneas En general, la gente es ahora más consciente del inmenso poder que los médicos suelen ejercer. Actualmente, un médico suele consultar a un equipo entero de personas que está al cuidado del paciente, y en especial a la familia, que puede querer tomar parte en la decisión. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).Si, Pero: Pero esto no solventa al médico el problema moral. Al final, ya que el médico disfruta del mayor grado de competencia, tiene también la mayor responsabilidad.
Manipulación genética
Otra fuente de problemas éticos viene dado por el rápido avance en nuestro conocimiento del genoma humano, y el número de genes que cada día son identificados como responsables de una u otra enfermedad hereditaria. ¿Hasta qué punto es adecuado intervenir para erradicar un gen nocivo o reemplazarlo por otro benigno? ésta es una cuestión sobre la que el público general tiene mucho interés, y sobre la que debe informarse en un lenguaje inteligible, tanto sobre lo que hoy se está haciendo como sobre lo que se podrá conseguir en el futuro. Es probable que resulte correcto considerar que la sustitución de genes no es muy diferente, en principio, al trasplante de órganos, mientras solo sean las células somáticas (es decir, células distintas a las células reproductivas) las que sean cambiadas, porque la alteración de estas células, mientras pueda prevenirse una enfermedad monogenética de su desarrollo en un paciente que ha heredado esos genes, no afectará a la descendencia de ese paciente.
Sin embargo, la cuestión de si debería ser siempre lícito suplantar una célula germinal (reproductiva) es una cuestión moral diferente, y no debería dejarse a los profesionales médicos decidir solos, ya que es obligación suya explicar a las personas profanas en estos asuntos qué implicaciones pueden derivarse de tales cambios. Lo que hace el problema difícil de resolver es que la manipulación de la línea germinal afectará a futuras generaciones de personas, y aunque a primera vista pueda creerse que el efecto será benéfico, pues supone la eliminación de una enfermedad hereditaria en una familia entera para siempre, no podemos establecer qué otros efectos pueden producirse, y serán las generaciones futuras las que sufran las posibles equivocaciones.
Si manipulamos las células germinales de animales, y no de humanos (por ejemplo al clonar un embrión, separando células en una etapa muy temprana desde su fertilización y permitiendo su desarrollo como un ‘gemelo idéntico’ independiente), podríamos crear entonces grupos de estos animales dotados de las cualidades genéticas que queremos.Si, Pero: Pero si resulta que hay algún defecto en el grupo (causado, quizás, por la desviación de los medios de desarrollo de los embriones, o por algún error en el procedimiento), o si cambiamos de idea sobre la variedad de animales que se pretende, entonces podemos, si fuera preciso, destruir el grupo completo. Esto no se puede hacer en el caso de los humanos. El conflicto es el siguiente: estamos obligados, en atención a la moral, a tratar a los humanos como individuos de los que no se puede disponer o intercambiar de un modo gratuito. Y esto es tan importante para la sociedad en su conjunto que no podemos consentir que el principio sea defendido solo por directrices profesionales o hábitos de práctica correctos. Podría ser necesario imponer este consenso moral a través de la legislación, y así levantar una barrera que ni médicos ni científicos puedan traspasar.
Investigación médica
Pocos discutirán la necesidad de la investigación médica, tanto para averiguar más sobre el modo en que funciona el cuerpo humano (por ejemplo, todavía se sabe poco sobre el modo en que la conciencia actúa en el cerebro) como para descubrir los efectos de nuevas drogas, sobre una base química o biológica, y de otros nuevos procedimientos. La investigación médica, sin embargo, a diferencia de la pura investigación científica, tiene siempre como objetivo primordial el alivio del sufrimiento humano, la curación de la enfermedad o el remedio de disfunciones vitales. Así, en todo proyecto de investigación el posible perjuicio que puede surgir de la propia investigación debe medirse en todos los casos en contraste con el bien que al final puede resultar de la misma.
Puntualización
Sin embargo, en un proyecto nuevo y experimental tal contrapeso puede no dar una conclusión segura. Aquí radica el origen de los dilemas éticos de la investigación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).
Informaciones
Los dos ejemplos que siguen a continuación son muy ilustrativos.
En primer lugar, durante la década de 1980, hubo un gran debate sobre la ética en la investigación por el empleo de embriones humanos. Los beneficios eran manifiestos para las parejas estériles que, como resultado de la investigación, era factible que se plantearan la posibilidad de tener hijos mediante la fecundación in vitro (su índice de éxitos era al principio muy bajo), al igual que para niños que pudieran padecer de genes dañinos que degenerarían en enfermedades como la distrofia muscular de Duchenne.
Puntualización
Sin embargo, los embriones empleados para la investigación, ya fueran ‘sobrantes’ (producidos por una superovulación de una madre fertilizada in vitro) o creados gracias a procedimientos especiales a partir de huevos clonados, eran destruidos una vez hubieran transcurrido 14 días desde su fertilización.
Antes de 14 días, las células de un embrión son totipotent, es decir, las células no se han diferenciado para cumplir con sus funciones específicas.
Otros Elementos
Además, antes de ese tiempo una célula puede todavía dividirse, para formar una gemela idéntica. Por esta razón no es preciso, ni siempre posible, tratar a este embrión en un primer momento como una persona individual; y es cierto de forma taxativa que tal embrión no puede sentir ningún dolor o placer y no tiene intereses (en el sentido de cosas deseadas o proyectadas), ya que un embrión no puede experimentar nada hasta que el sistema nervioso central empieza a desarrollarse, alrededor del decimoquinto día desde la fertilización. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). La destrucción del embrión después del periodo en que podría ser utilizado para la investigación fue, por tanto, considerada menos importante que los beneficios que podían resultar de la investigación para otros humanos.
Había, y sigue habiendo, personas que cuestionan esto con vehemencia, argumentando que (sin pensar en si un embrión tiene o no tiene el sistema central nervioso), es humano y, por esta razón, debe ser tratado con la misma consideración, que los que hayan nacido o vayan a nacer. No procede sopesar los beneficios, ya que toda vida humana es sagrada, y no debe ser destruida. Estos argumentos son utilizados también por quienes se oponen al aborto bajo cualquier circunstancia. Aquí se produce una discrepancia moral. La legislación en ambos casos ha pretendido regular más que prohibir la destrucción de embriones o fetos. Como es lógico, hay personas, incluso algunos médicos, que rechazan tener algo que ver con la utilización de embriones para investigar (o, incluso, con el aborto), pero para aquellos que consideran tales prácticas como permisibles desde una perspectiva moral, pero solo hasta un punto, existen de todas formas límites que no pueden sobrepasar en el orden moral.
Un tipo diferente de ejemplo es el de la investigación sobre medicamentos, cuando éstos necesitan ser probados sobre pacientes humanos. Es indispensable que nuevas sustancias continúen siendo desarrolladas para la cura de patologías que hasta ahora no responden a tratamientos específicos.
Puntualización
Sin embargo, los medicamentos no pueden validarse prescindiendo de las pruebas, y experimentar en otros animales solo es adecuado de un modo parcial.
Otros Elementos
Además, no existe una línea nítida que diferencie entre administrar una nueva droga como parte de un proyecto de investigación y administrarla como un nuevo o insólito tratamiento; en ambos casos hay una gran esperanza en que resulte ser de valor terapéutico. El principio ético más importante en este caso es que los pacientes que colaboren en el proyecto de investigación deben dar su consentimiento tras haber sido informados en detalle. Hay que comunicarles que algunos de los que den su aprobación recibirán la nueva droga y otros continuarán con el antiguo tratamiento, y que no sabrán a qué grupo pertenecen. Esto es a veces difícil de explicar, y además, puede haber pacientes que se encuentren muy enfermos, o tengan una baja capacidad intelectual, y no sean por entero competentes para dar su consentimiento por no ser conscientes de lo que hacen en realidad. Cómo asegurar que se recibe el consentimiento apropiado constituye un gran problema para los comités éticos de los hospitales que pretenden, como deben hacer, no permitir a los médicos utilizar a sus pacientes igual que simples herramientas de investigación, sino que se les trate como a personas autónomas y con voluntad. La cuestión del consentimiento, por lo tanto, plantea muchos aspectos, tanto en la investigación como en la terapia. Forma un importante núcleo de problemas éticos en medicina y afecta a los profanos tanto como a los médicos.
Bioderecho y Bioética
[rtbs name=”bioetica-y-politicas-publicas”]Bioética
La bioética describe ampliamente el análisis filosófico de los dilemas morales, que surgen del desarrollo y la aplicación de las ciencias biológicas y de la vida, a menudo a través de prácticas como la medicina. La bioética se convirtió en una disciplina académica formal a finales de los años sesenta, desarrollada a través de instituciones como el Hastings Center, que formalizaba la investigación en revistas y libros académicos.
Puntualización
Sin embargo, los principios de preocupación Bioética han sido evidentes en una serie de prácticas sociales durante siglos.
La bioética del siglo XX estaba dominada por un esfuerzo global para proteger a los seres humanos de las prácticas de explotación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto).Entre las Líneas En la era posterior a la segunda guerra mundial, estos intereses se centraron en la experimentación gubernamental, pero se expandieron rápidamente para incluir una serie de prácticas institucionalizadas que afectan a las personas y las comunidades, incluidos los militares, el deporte de élite, el cuidado de la salud y Empleo. Los enfoques teóricos de la bioética en esta época se caracterizaron por una derivación descendente de principios, que tenía como objetivo proporcionar pautas generales a través de las cuales codificar la práctica ética.[rtbs name=”etica”]Posteriormente, la teoría Bioética criticó el enfoque descontextualizado de la ética basada en principios y enfatizó la complejidad de la toma de decisiones éticas en el mundo real mediante el desarrollo de un enfoque de base ascendente o basado en casos (casuística).
Sin embargo, en términos generales, los enfoques de la bioética abarcan tres formas principales de razonamiento moral (1) el consecuencialismo (preocupados principalmente por maximizar los buenos resultados); (2) deontología (preocupada por las obligaciones que poseemos); y (3) teoría de la virtud (que se refiere a qué clase de carácter la gente buena debe tener).
A la vuelta del Milenio, los debates bioéticos se centraron en el surgimiento de la genética, a medida que el proyecto del genoma humano se acercaba a su finalización. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). La aplicación de la ciencia genética a través de cribado, pruebas o transferencia generó numerosas controversias públicas sobre los organismos de “diseño” y condujo a la aparición de nuevas industrias biotecnológicas.
Más Información
Las investigaciones especializadas sobre la aparición de la genómica, los alimentos modificados genéticamente y una mayor conciencia sobre las interacciones entre el gen y el medio ambiente, dieron lugar lentamente a una visión científica post-genómica y a una resistencia al excepcionalismo genético dentro de la bioética Investigación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Con este fin, los intentos de establecer una subdisciplina distinta de genethics han sido en gran medida inconsecuentes.
En este contexto, la bioética del siglo XXI se enfrenta a una serie de transformaciones. Principalmente, existe una creciente fragmentación de las comunidades éticas (investigación y práctica), que está dando lugar a nuevas terminologías, como la nanoética o la neuroética. Esta fragmentación ha sido evidente desde hace algunos años a través del terreno superpuesto entre la Bioética y la ética médica o la ética medioambiental.
Puntualización
Sin embargo, es evidente que esta fragmentación seguirá creciendo a través de más investigaciones especializadas en temas que incluyen, por ejemplo, los temas emergentes de la ética de la información, o la ética del espacio ultraterrestre.
Transdisciplinariedad
Cada una de estas subdisciplinas enfatiza la importancia de los enfoques transdisciplinarios a la bioética, que se basan en gran medida en la filosofía, el derecho, la sociología y la ciencia política, por ejemplo. La fragmentación de la bioética también es amplificada por la convergencia en las biociencias que operan en torno a la nanociencia. Este proceso plantea nuevas preguntas sobre cómo desarrollar la teoría Bioética de una manera que pueda acomodar nuevas prácticas científicas. Un corolario de estos cambios es una creciente sofisticación en el método bioético, que ha empezado a abarcar los estudios narrativos, los enfoques feministas de la bioética, la teoría cultural y la estética.
Un desafío final a la bioética es la proliferación de nuevos tipos de comunidades éticamente comprometidas y de nuevos grupos de interés, que en sí mismos están alterando el panorama político del debate bioético. Los ejemplos prominentes de esto incluyen discusiones sobre la mejora humana, pues las tecnologías médicas hacen cada vez más posible la capacidad de hacer a seres humanos “mejor que bien,” según Peter Kramer. También abarca la ética de la vida o la extensión de la salud, que surge como una consecuencia directa de atender a las enfermedades relacionadas con la edad. Muchos de estos debates se han recogido en una serie de contextos consultivos gubernamentales, como el Consejo del Presidente de los Estados Unidos sobre Bioética o el Parlamento Europeo.
A medida que la bioética evoluciona, su proximidad a las políticas públicas ha crecido y varias comunidades bioéticas pueden ser vistas como grupos de presión en nombre de posiciones éticas específicas, tales como el comentario sobre la ética reproductiva (Core) en el Reino Unido. El desafío para la Nanociencia será definir preguntas únicas sobre el terreno distinto de la nanoética, al tiempo que se acomoda lo generalizado.
Autor: Williams
Bioética en General
Término reciente de origen anglosajón, que se aplica a aquella parte de la ética, cuyo objeto es el estudio de los problemas morales que surgen en la actividad médica, en las investigaciones biológicas y en las ciencias de la vida en general. Hay una doble orientación en el modo de entender el objeto de la bioética. La que lo limita a las ciencias de la salud, que es la postura habitual, defendida por ejemplo por H. Tristram Engelhardt (véase su obra Los fundamentos de la bioética, Paidós Ibérica, Barcelona 1995) y la que lo amplía a todas las ciencias biológicas en cuanto buscan mejorar la calidad de la vida humana. La Encyclopedia of Bioethics, norteamericana, la define en su sentido más amplio ([La bioética] “puede ser definida como el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que dicha conducta es examinada a la luz de los valores y de los principios morales” dice la Encyclopedia of Bioethics, I, Nueva York 1978).
Las razones, o factores, del desarrollo de esta disciplina, de la que ya existen cátedras en diversas Facultades universitarias del todo el mundo, son, por un lado, los avances científico-técnicos producidos en los últimos años en la biología y la medicina (en ingeniería genética, técnicas de reproducción asistida, trasplante de órganos, diversos avances en procedimientos aplicables a técnicas de eutanasia y eugenesia), y por el otro lado, el creciente carácter plural y no confesional de la sociedad. Surge, así, la necesidad de una teoría ética racional que pueda fundamentar y justificar los juicios morales que han de emitirse en la sociedad actual, caracterizada por el pluralismo ideológico y la secularidad, y que han de ser aceptados por lo que Engelhardt llama «extraños morales» (individuos que se atienen a criterios de moralidad distintos), o lo uqe también se llama adecuadamente una «ética civil» (M. Vidal). El resultado no puede ser sino limitado y condicionado, y ha de implicar la generosidad intelectual y la tolerancia.
Tristram Engelhardt escribe sobre la bioética secular en su libro “Los fundamentos de la bioética” lo siguiente:
“La moralidad de una bioética secular no sirve de orientación para vivir la vida, sino que es más bien una moralidad capaz de vincular a extraños morales que se encuentran y colaboran pacíficamente, ya que es lo poco que comparten personas provenientes de distintas comunidades morales y portadoras de visiones diferentes. Por tanto hay que tolerar muchas cosas que sabemos que son profundamente erróneas. No podemos utilizar la argumentación racional para corregir estos errores. Esta corrección solo se podrá conseguir a través de la conversión a una comunidad moral que otorgue una guía adecuada y sustancia moral.
De nuestros razonamientos no se deduce que haya que abandonar tradiciones morales como la judeo-cristiana. Muy al contrario, las proposiciones de una moral secular y pluralista, de una bioética secular, son inevitables, aunque no en el sentido de que tengan o deban sustituir las vidas morales concretas que viven los individuos en compañía de otras personas anuentes. Proporcionan el lenguaje poco denso de la comunicación pacífica que se establece con los extraños morales, así como la textura del discurso que se puede compartir, incluso con aquellos con quienes se está en profundo desacuerdo.
Nos vemos compelidos a vivir nuestras vidas en dos dimensiones morales. Por un lado, y en virtud de pertenecer a una comunidad mortal real y concreta, tenemos un compromiso con determinadas concepciones morales de lo que es una buena asistencia sanitaria, en razón de lo cual seríamos buenos baptistas, hindúes, católicos romanos o judíos.
Puntualización
Sin embargo, en la medida en que nuestra comunidad no incluye a todas las demás, necesitamos acercarnos a ellas dentro de los límites de una moral secular y pluralista. […]
La moral secular y la bioética secular se fundamentan, por tanto, en limitaciones: las que establecen la razón y la autoridad, y esto es inevitable, no porque esté bien fundamentada, sino porque otras concepciones son incapaces de fundamentar el derecho a usar la fuerza para controlar las vidas de otros sin su consentimiento, Disponemos, pues, de una moral que permite a muchas morales crecer y florecer gracias a las limitaciones de nuestra capacidad, en términos racionales generales, para fundamentar la autoridad que permita imponer coercitivamente una visión moral particular, y gracias también al criterio, siempre esgrimible intelectualmente, de una comunidad pacífica. La asistencia sanitaria de hombres y mujeres finitos presupone, por tanto, una visión moral de generosidad y tolerancia.”
La temática general de la bioética puede enunciarse con preguntas como las siguientes: ¿Qué es preferible, salvar la vida o disfrutarla ? ¿Todo lo que técnicamente puede hacerse, puede o debe éticamente hacerse? (M. Vidal) La temática concreta abarca cuestiones como: aborto, eutanasia, dejar morir a recién nacidos deficientes, experimentación fetal, inseminación artificial y fecundación in vitro, experimentación e investigación sobre humanos, manipulación genética, trasplante de órganos, relaciones entre médico y enfermo, derecho a la asistencia sanitaria, etc. Peter Singer es considerado uno de los fundadores de la bioética.
Autor: Cambó
Visualización Jerárquica de Bioética
Asuntos Sociales > Vida social > Vida social
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Trabajo y Empleo > Relaciones laborales y Derecho del trabajo > Organización de las profesiones > Deontología profesional
Ciencia > Humanidades > Ciencias sociales > Filosofía > ética
Derecho > Derechos y libertades > Derecho del individuo > Libre disposición de la propia persona > Eutanasia
Producción, Tecnología e Investigación > Tecnología y reglamentación técnica > Biotecnología > Ingeniería genética > Clonación > Clonación humana
Ciencia > Ciencias naturales y aplicadas > Ciencias biológicas > Biología > Célula madre
Ciencia > Ciencias naturales y aplicadas > Ciencias biológicas > Biología > Embrión y feto
Ciencia > Ciencias naturales y aplicadas > Ciencias biológicas > Biología
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Ciencia > Ciencias naturales y aplicadas > Ciencias biológicas > Biología > Genética > Eugenesia
Bioética
A continuación se examinará el significado.
¿Cómo se define? Concepto de Bioética
Véase la definición de Bioética en el diccionario.
Características de Bioética
[rtbs name=”asuntos-sociales”][rtbs name=”trabajo-y-empleo”][rtbs name=”ciencia”] También de interés para Bioética:- Derecho penal internacional
- Derecho medioambiental internacional
- Derecho Constitucional
- Derecho de los medios de comunicación
- Derecho Internacional de los Derechos Humanos
- Derecho y Política de Familia
- Derecho y ética médica
- Derecho del Espacio
- Derecho, teoría y política de la migración
- Derecho Islámico
- Derecho de Sociedades
- Derecho de la Aviación Pública
- Derecho de la discapacidad y derechos humanos
- Derecho Penal Internacional
- Teoría jurídica feminista
- Traducción jurídica
- Derecho de los conflictos armados
Recursos
Traducción de Bioética
Inglés: Bio-ethics
Francés: Bioéthique
Alemán: Bioethik
Italiano: Bioetica
Portugués: Bioética
Polaco: Bioetyka
Tesauro de Bioética
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Véase También
- Procreación artificial
- Deontología profesional
- ética
- Eutanasia
- Clonación humana
- Célula madre
- Embrión y feto
- Biología
- Genética
- Célula madre
- Embrión y feto
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- Zoología
- Citología
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- Neurobiología
- Microorganismo
- Ingeniería genética
- Trasplante de órganos
- Eugenesia
- ética médica
Recursos
[rtbs name=”informes-jurídicos-y-sectoriales”][rtbs name=”quieres-escribir-tu-libro”]Notas y Referencias
- Basado en la información sobre bioética de la Enciclopedia Encarta
Véase También
- Bioderecho en Latinoamérica
- Bioderecho internacional
- Bioética
- Bioética internacional
- Bioética y religiones
- Biopolítica
- Bioseguridad
- Biotecnología
- Comité de ética de bienestar animal
- Comité de ética de la investigación
- Comité de ética asistencial
- Comités asesores (véase qué es, su concepto jurídico; y también su definición como “assessors” en derecho anglo-sajón, en inglés) de ética
- Comité de ética asistencial (cea)
- Consejo de europa
- Constitucionalismo y bioderecho
- Derecho médico
- Medicina legal y forense
- Multidisciplinaridad e interdisciplinaridad
- Bioderecho
Ética y análisis de riesgos, nano-ética, nanomedicina, nanomedicina, cuestiones éticas
Bibliografía
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Schokkenhoff, E., Ética de la vida. Herder, Barcelona, 2012.
Engelhardt, T., Los fundamentos de la bioética. Paidós, Barcelona, 1995.
Buscando sabiduría para enfrentar las nuevas fronteras de la ciencia, incluyendo la ingeniería genética, ha recurrido al libro más antiguo de la Biblia, el Génesis. ¿Por qué?
Hoy nos encontramos en una necesidad urgente de sabiduría, junto con la creencia de que no hay sabiduría para tener. La principal noción intelectual de la era actual es, como mínimo, escéptica sobre la sabiduría. De hecho, la ciencia tal como la conocemos realmente surgió al darle la espalda a lo que consideraba una búsqueda infructuosa de sabiduría. Se conformó con el conocimiento instrumental – conocimiento de los medios, no de los fines – que sería útil para la vida.
Pero resulta que la ciencia y su hijo, la tecnología, nos dan enormes poderes, incluyendo el poder en el siglo XXI para transformar nuestra propia humanidad. Sin embargo, la ciencia en sí misma no proporciona absolutamente ningún estándar para guiar el uso de este poder.
Por lo tanto, la pregunta es dónde buscamos encontrar cualquier tipo de guía para el uso de ese poder para intervenir en el cuerpo y la mente humana y potencialmente transformarnos a nosotros mismos.
Una de las alternativas obvias, entre otras, es mirar a la religión bíblica, uno de los pilares del pensamiento moral en Occidente. La Biblia contiene algún tipo de enseñanza sobre la vida humana, sobre lo que es y lo que podría llegar a ser.
No me crié en este libro. No tuve instrucción religiosa alguna en mi educación. Yo era un niño de la Ilustración que llegó tarde para ver las limitaciones de la promesa de la Ilustración, pero aún así la prefiero a la teocracia.
Me sorprendió descubrir en el estudio y la enseñanza del Génesis a lo largo de los años no tanto un relato de la verdad histórica de hace algún tiempo, sino un espejo en el que descubrir ciertas verdades permanentes sobre la condición humana, entre ellas las fuentes de las dificultades que resultan del ingenio humano y la aspiración tecnológica. Nuestra necesidad de sabiduría es urgente hoy en día, y la Biblia, especialmente las primeras partes, ofrece mucho.
En el éxito, la derrota. Este es un punto similar al planteado por Jacques Ellul, el teólogo francés que escribió “La Sociedad Tecnológica” en los años 60. Le preocupaba que nuestra eficiencia nos esclavizara, que el orden tecnológico forjara artilugios de seres enteros en nombre de la mejora de nuestra vida material.
En efecto. Los ciudadanos de Babel no admiraban nada que no fuera de su propia creación. Si llegamos a descubrir que la cosa que se supone que debemos admirar es un artefacto de nuestra propia creación, será difícil admirarlo. Es simplemente una fabricación.
Los residentes de Babel no tenían normas para el uso de su poder. No había nociones de justicia o decencia más allá de las puras fabricaciones, o construcciones, que se les ocurrió. El mundo que crearon fue arbitrario y deliberado.
Si se piensa que toda la verdad es una mera creación humana, realmente no hay compromiso con la verdad. Si no hay verdad más allá de la que hemos puesto allí, entonces este proyecto que pretendía producir un hogar para nosotros en contra de las inhospitalidades parciales de la naturaleza, finalmente nos hace extraños en el mundo y totalmente alienados de él.
Estamos en casa sólo con nuestros propios aparatos. Eso no es lo que el alma humana anhela.
Tal vez el mapa del genoma es nuestra nueva Torre de Babel. La cartografía computarizada de nuestra composición – que sería la base de nuestra auto-creación – reduce la vasta diversidad de la humanidad a bits de información… Esa es una sugerencia interesante. Sí, el lenguaje matemático produjo el mapa. Pero, a pesar de lo común del genoma, todavía hay una gran heterogeneidad allí.
Algunos han sugerido que ya que tenemos el conocimiento del genoma, el poder de alterarlo fácilmente está en nuestras manos. Francamente, creo que la capacidad de hacer un rediseño racional mediante la manipulación genética de los seres humanos es un gran proyecto y está muy lejos. En este momento, es mucho más probable que seamos capaces de alterar lo que somos a través de los hallazgos de la psicofarmacología y el trabajo en el cerebro que de hacerlo mediante la manipulación a nivel de los genes. Pero, sí, es un sueño parecido al de los babelianos.
La tecnología – el esfuerzo de la humanidad en la auto-creación – no es un problema, “la tecnología es una tragedia”, como se ha escrito en algún lado. Lo que quiero decir es algo que tiene por lo menos tanto que ver con “la tecnología como una mentalidad” como “la tecnología como los recursos técnicos acumulados”.
Cada vez más hemos adquirido la perspectiva técnica, con lo que me refiero a la aspiración a un dominio racional de todo lo que se nos presenta como si todo lo que se nos presenta fuera un problema a resolver, un obstáculo a superar.
Pero no se puede pensar en la vida humana en sí misma como un problema a resolver sin deshumanizarla – disolviendo su riqueza y su significado.
Si todo es un obstáculo a ser derribado, no está claro qué nos queda al final. ¿Qué podría prosperar o prosperar aparte de la pura voluntad?
Me refiero a la tragedia en el sentido clásico en el que la miseria del héroe está incrustada en su triunfo. Pienso en Aquiles en el momento de su mayor gloria cuando lanza un grito en la zanja y las llamas salen de su cabeza. El grito de triunfo es también el grito de dolor sobre el cadáver de su amigo Patroclo, de cuya muerte ha sido cómplice.
Nuestra tecnología tienta a la tragedia mientras anhelamos profundamente algo que sería espléndido, pero que también conduce a nuestra degradación. Por ejemplo, realmente intentamos derrotar a la muerte, pero al acercarnos a nuestro objetivo nos encontramos con que toda la humanidad se ve disminuida al perder el compromiso con las aspiraciones más elevadas o los amores y anhelos que produce la conciencia de la mortalidad.
A menos que haya perspectivas compensatorias, un sentido de la dignidad compensatorio e instituciones compensatorias que preserven una comprensión no tecnológica de nuestra humanidad, corremos el riesgo de convertirnos en algo poco diferente de una instrumentalidad técnica – cosas que funcionan para arreglar otras cosas en lugar de seres que están aquí para saborear el mundo, para amar y para florecer de forma no técnica.