La mejora de la economía ha hecho que millones de estadounidenses vuelvan a trabajar, pero muchos no pueden permitirse una vivienda cerca de sus puestos de trabajo. El aumento de la demanda de casas y apartamentos ha hecho que los precios se disparen, especialmente en las principales áreas metropolitanas. El problema no tiene fácil solución. Los códigos de zonificación y los activistas “no en mi patio” (NIMBY) suelen bloquear los nuevos proyectos de vivienda asequible. El suelo en los centros urbanos y sus alrededores es escaso y caro, y los costes de construcción están aumentando considerablemente, lo que lleva a los promotores a orientar los nuevos proyectos hacia los inquilinos y compradores de mayores ingresos. Algunas ciudades están aumentando la densidad de viviendas en el centro de la ciudad o considerando la posibilidad de imponer controles de alquiler en un esfuerzo por hacer la vivienda más asequible, pero los expertos en planificación urbana difieren en cuanto a la eficacia de tales medidas. Los pobres, por su parte, están siendo expulsados de muchos barrios, con lo que aumentan las filas de los sin techo. Este texto también examina la regulación sobre Viviendas de renta baja y moderada.