Política del Apocalipsis
A medida que las sociedades consiguen superar las “tragedias de los comunes”, pueden y deben prestar cada vez más atención a las “tragedias de los no comunes”. La percepción pública puede descuidar los riesgos familiares rutinarios y puede reaccionar de forma exagerada ante los riesgos inusuales experimentados (especialmente las crisis que afectan a individuos identificados). Pero un tercer tipo -los riesgos catastróficos ultra raros- puede ser descuidado debido a factores como la falta de disponibilidad psicológica, el adormecimiento de las masas y la falta de disuasión. La evaluación por parte de expertos es necesaria para superar la desatención pública de estos riesgos no comunes. Gran parte de la regulación de los riesgos está impulsada por el aprendizaje político de la experiencia y la experimentación. Pero las raras amenazas puntuales a la existencia de la vida o la civilización no ofrecerán esas oportunidades de aprendizaje. Esta ausencia de aprendizaje adaptativo ofrece una justificación más fuerte para la precaución que la mera incertidumbre. La previsión y la anticipación son esenciales para prevenir esos raros riesgos catastróficos. Superar la falta de atención a los riesgos catastróficos poco frecuentes es necesario pero no suficiente para elegir las respuestas políticas óptimas. Las políticas de prevención de riesgos catastróficos poco frecuentes también pueden desviar las prioridades o inducir compensaciones entre riesgos catastróficos. La precaución óptima contra las tragedias de lo no común debe basarse en una cuidadosa previsión, evaluación de impacto y análisis político.