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Elección de los Niños en Materia de Salud

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Elección de los Niños en Materia de Salud

Este elemento es un complemento de los cursos y guías de Lawi. Ofrece hechos, comentarios y análisis sobre la elección de los niños en materia de salud. Véase también acerca de los derechos del niño a la salud.

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Visualización Jerárquica de Derechos del Niño

Derecho > Derechos y libertades > Derecho del individuo
Asuntos Sociales > Familia > Derecho de familia > Matrimonio > Matrimonio forzado
Asuntos Sociales > Vida social > Problema social > Prostitución
Derecho > Derecho penal > Infracción > Delito contra las personas > Delito sexual > Pedofilia
Asuntos Sociales > Vida social > Política social > Guarda de niños
Asuntos Sociales > Vida social > Política social > Protección de la infancia
Asuntos Sociales > Familia > Derecho de familia > Patria potestad
Educación y Comunicación > Educación > Política educativa > Escolarización
Asuntos Sociales > Familia > Derecho de familia > Derecho de custodia
Trabajo y Empleo > Empleo > Estructura del empleo > Trabajo de menores

A continuación se examinará el significado.

¿Cómo se define? Concepto de Derechos del niño

Véase la definición de derechos del niño en el diccionario.

Elección de los Niños en Materia de Salud

La aplicación de los derechos del niño en la atención médica

Además de estos retos para el derecho del niño a la salud, existen múltiples barreras que impiden la realización de los derechos del niño en la atención médica. La investigación proporciona una visión útil sobre el grado de aplicación de los derechos del niño en el ámbito médico y múltiples estudios pequeños sobre las experiencias y opiniones de los niños en la atención médica informan sobre el cumplimiento internacional de las normas sobre los derechos del niño en este ámbito. La siguiente sección considera estas pruebas en un esfuerzo por examinar los progresos realizados en la aplicación de los derechos del niño en el ámbito médico, centrándose en detalle en el aspecto específico del derecho del niño a participar en la toma de decisiones médicas.

El derecho de los niños a participar en la toma de decisiones médicas

Como ya se ha señalado en otro lado, el derecho internacional es claro sobre el derecho de los niños a tener voz en las decisiones que les afectan. La atención médica afecta claramente a los niños y la centralidad del artículo 12 para la atención médica se confirma como el derecho más importante para los niños de todos los grupos de edad. Sin embargo, la investigación presenta un panorama complejo en cuanto al grado en que los niños disfrutan de este derecho en la práctica.

Varios estudios demuestran que a menudo se margina a los niños del proceso de toma de decisiones en diversos entornos, como las unidades de hospitalización, los ambulatorios y la atención médica comunitaria. Un estudio (publicado por primera vez en 2008) señaló que, durante las consultas sanitarias, los niños se situaban como “espectadores pasivos”, ya que los profesionales sanitarios se comunicaban directamente con los padres, o como “participantes activos”, ya que los profesionales sanitarios se comunicaban directamente con ellos. El impacto de la posición “pasiva” era que los niños quedaban “eclipsados”, escuchando a escondidas en un segundo plano, mientras que los niños en el papel “activo” estaban más preparados para hacer preguntas. Las observaciones realizadas en los ambulatorios de dos hospitales irlandeses revelaron que el estilo de comunicación de los profesionales médicos -conversaciones cerradas y preguntas interrogativas- contribuía a la posición en gran medida marginada de los niños. Estos investigadores descubrieron que los relatos de los padres sobre la salud de sus hijos (fibrosis quística) a menudo se privilegiaban sobre los de sus hijos, y algunos niños hablaron de que los profesionales médicos no creían lo que tenían que decir. El personal se mostró amable con los niños y habló con ellos sobre aspectos sociales de sus vidas, pero las conversaciones con ellos sobre su salud fueron limitadas.

Aunque los niños tienen derecho a participar en el proceso médico en virtud del artículo 12 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, no tienen obligación de hacerlo. Lograr el equilibrio adecuado entre apoyar a los niños para que participen, pero no exigirles esa participación, puede resultar difícil, ya que las necesidades y preferencias de los niños varían. Aparte de las diferencias entre niños, un niño puede moverse a lo largo del espectro que va de la participación activa a la pasiva en el proceso, lo que exige que los profesionales sanitarios estén en constante sintonía con sus deseos y su desarrollo para garantizar que la elección sobre el papel que desempeñan recae en el niño. Las preferencias de los niños sobre su nivel de implicación durante las consultas pueden variar con la edad, ya que los más pequeños prefieren que sus padres se comuniquen con los profesionales sanitarios, mientras que los mayores prefieren en su mayoría tomar la iniciativa. Para los profesionales sanitarios, la edad y la capacidad cognitiva pueden determinar el nivel de implicación del niño en las consultas. Sin embargo, según un estudio irlandés, los profesionales se dejaban influir más por la edad del niño que por su capacidad para comprender o implicarse directamente, lo que implica la creencia de que los niños más pequeños son menos capaces de implicarse durante las consultas médicas en comparación con los mayores. Por el contrario, la investigación ha descubierto que los niños pequeños tienen una mayor capacidad para comunicarse sobre su salud y bienestar de lo que los adultos están dispuestos a creer. La realidad de que una talla no sirve para todos se ve reforzada por el hecho de que otros factores adicionales -experiencias de enfermedad, experiencias sociales de comunicación con adultos y voluntad de implicación- pueden influir en el nivel de implicación que los niños desean durante las consultas. La formación y la educación para hacer frente a la variedad de situaciones que pueden surgir son claramente vitales para garantizar que todos los profesionales sanitarios tengan la capacidad de responder adecuadamente a las necesidades del niño en cada caso individual (informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, 2003).

▷ En este Día de 2 Mayo (1889): Firma del Tratado de Wichale
Tal día como hoy de 1889, el día siguiente a instituirse el Primero de Mayo por el Congreso Socialista Internacional, Menilek II de Etiopía firma el Tratado de Wichale con Italia, concediéndole territorio en el norte de Etiopía a cambio de dinero y armamento (30.000 mosquetes y 28 cañones). Basándose en su propio texto, los italianos proclamaron un protectorado sobre Etiopía. En septiembre de 1890, Menilek II repudió su pretensión, y en 1893 denunció oficialmente todo el tratado. El intento de los italianos de imponer por la fuerza un protectorado sobre Etiopía fue finalmente frustrado por su derrota, casi siete años más tarde, en la batalla de Adwa el 1 de marzo de 1896. Por el Tratado de Addis Abeba (26 de octubre de 1896), el país al sur de los ríos Mareb y Muna fue devuelto a Etiopía, e Italia reconoció la independencia absoluta de Etiopía. (Imagen de Wikimedia)

En algunos estudios, los niños diferencian entre la toma de decisiones “pequeñas” (las relacionadas con aspectos cotidianos de los cuidados, como la dieta y la medicación) y las “serias” (relacionadas con la cirugía, por ejemplo), presentando opiniones encontradas en cuanto a si estas últimas las toman ellos solos o las comparten con los cuidadores. Estos hallazgos sugieren que la participación de los niños en la toma de decisiones es una cuestión de grado y, en consecuencia, es necesario un enfoque flexible e individualizado que satisfaga las necesidades, las opciones y los deseos de los niños afectados.

El acceso a la información es importante tanto para facilitar una participación significativa de los niños en la toma de decisiones médicas como en tanto que derecho en sí mismo. Las investigaciones demuestran que los niños aprecian la importancia de la información en el contexto médico. Por ejemplo, en una encuesta entre jóvenes realizada para el Consejo de Europa, el 80,9% de los encuestados consideraba importante que los niños recibieran información sobre lo que les va a ocurrir en el ámbito médico. En otros estudios, los niños identificaron fácilmente que el hecho de que se les explicaran las cosas de antemano (por ejemplo, el tratamiento propuesto) les hacía sentir menos miedo. Para los niños, por tanto, existen razones importantes y prácticas para garantizar que disponen de información que pueden comprender.

La participación en la toma de decisiones médicas presupone que los niños estarán informados y comprenderán las cuestiones que se debatan, pero proporcionar información de forma que los niños la entiendan y sea relevante para sus necesidades no es sencillo. Los niños han descrito el uso de un lenguaje y unos accesorios apropiados para su edad como un componente de su modelo ideal de participación; un hallazgo respaldado en los marcos de comunicación para trabajar con niños. Sin embargo, este componente de un “modelo ideal de participación” no suele ser experimentado por los niños. En cuanto al lenguaje, los niños han señalado la importancia de que los profesionales utilicen una terminología adaptada a los niños cuando se les comunique información médica o sanitaria. Los estudios han descubierto que el uso de un lenguaje “sencillo” en los propios términos del niño y la evitación de la “jerga” médica prepara mejor a los niños para comprender la información sanitaria que se les comunica. Sin embargo, es evidente que, a medida que los niños crecen, desean recibir la información en una terminología más apropiada para su edad.

Sorprendentemente, se han realizado pocos estudios sobre las prácticas de intercambio de información con los niños en el ámbito médico. Algunos estudios -principalmente relacionados con las experiencias hospitalarias de los niños- han demostrado que los niños quieren información sobre lo que pueden esperar, especialmente en relación con los procedimientos y los tratamientos médicos. Un estudio general analizó las solicitudes de información no solicitadas realizadas por niños y jóvenes al sitio web Children’s First for Health del Reino Unido, que es un recurso de información en línea para este grupo de población. Durante un periodo de 18 meses, hubo 2.865 visitas para información general y 924 para consultas específicas. Hubo más consultas de adolescentes que de niños más pequeños. Las consultas más comunes estaban relacionadas con cuestiones psicosociales, servicios hospitalarios y sanitarios, y crecimiento y desarrollo normales. Estos investigadores, junto con otros, ilustran que los niños son agentes activos en la búsqueda de información sobre cuestiones sanitarias y médicas en su propio tiempo y espacio.

Existen pruebas de que los niños no están satisfechos con la información que reciben de los profesionales médicos. Un estudio reveló que los niños de entre 5 y 11 años estaban en general insatisfechos con la forma en que se les informaba sobre procedimientos inminentes, como inyecciones y radiografías. Aunque había algunos indicios de que se explicaban los procedimientos, se comprobó que la práctica de informar a los niños era, en general, incompleta y no constituía un proceso planificado. Según algunos autores, los profesionales médicos a menudo experimentan inseguridad a la hora de informar a los niños en relación con los procedimientos médicos. Estos investigadores ofrecen un marco sobre el alcance de proporcionar a los niños información relacionada con la salud: contenido – qué decirles; formato – cómo transmitir la información; personal – quién proporciona la información; y momento – cuándo proporcionar la información. Utilizando este marco, Buckley y Savage (2010) exploraron las necesidades de información preoperatoria de los niños (de 6 a 9 años) sometidos a una amigdalectomía en un hospital docente general de Irlanda. Los niños, que fueron entrevistados en la víspera de la intervención quirúrgica, hablaron de haber recibido poca información antes de su ingreso para la cirugía. Una de las consecuencias de que los niños dispongan de información limitada es que pueden construirse representaciones mentales inexactas de lo que podría ocurrir y éstas podrían asustarles.

Una comunicación eficaz no sólo depende del enfoque adoptado, sino también de la naturaleza de la relación entre quienes se comunican. Los niños quieren que los profesionales sanitarios sean comprensivos con ellos; los niños de un estudio irlandés publicado por primera vez en 2006 identificaron esta cualidad como definitiva de “un buen profesional sanitario”. Los niños necesitan que los profesionales sanitarios empaticen con ellos y con su situación y que muestren cierto aprecio por lo que están pasando. La comunicación con los niños en el contexto médico difiere del discurso social cotidiano porque puede ser necesario hablar de asuntos privados, emocionales o íntimos, como hablar del estigma que rodea a la salud mental o preocuparse por la gravedad de la enfermedad. Para tratar con eficacia las situaciones angustiosas de los niños, los profesionales deben ejercer una “sensibilidad interpersonal”, es decir, comportamientos afectivos que presten atención e interés a los sentimientos y preocupaciones del niño. Basándose en una revisión de las pruebas de la comunicación clínica en entornos pediátricos, Levetown et al. recomendaron comportamientos generales para unas prácticas de comunicación eficaces con los niños entre los que se encuentran: empezar la conversación con un tema amplio y no amenazador; prestar atención al lenguaje corporal y al tono de voz; escuchar activamente; utilizar herramientas de comunicación creativas como dibujos y juegos; hablar con el niño y no a él; y utilizar un lenguaje que pueda entender. La importancia que tiene para los niños que su profesional médico sea respetuoso con ellos -en el sentido de conectar con ellos a través del lenguaje y el enfoque- es un aspecto enormemente dominante en toda la bibliografía.

La participación de los niños en la elaboración de políticas y el diseño de servicios

El Comité de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño aboga por la participación de los niños en las consultas sobre política médica (informe del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, 2013). En contraste con el creciente corpus de conocimientos sobre la participación de los niños en las consultas clínicas y la toma de decisiones relativas a su salud, se sabe menos sobre el papel de los niños en la planificación de los servicios sanitarios, la gobernanza y la formulación de políticas. Sólo en los últimos años se ha centrado la atención en el “usuario de servicios” en el contexto médico y la idea de que los niños son usuarios de servicios en la atención médica está cobrando impulso lentamente a nivel internacional. Esto se debe en parte a las obligaciones de derecho internacional en virtud del artículo 12 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, y en parte a una agenda política más amplia relativa a la democratización, la ciudadanía y la capacidad de elección, todas ellas aplicables a todos los usuarios de servicios. Las pruebas disponibles hasta la fecha sobre los niños como usuarios de servicios se refieren sobre todo a la planificación de los servicios sanitarios, especialmente a las opiniones y expectativas de los niños sobre los servicios. En el Reino Unido es especialmente notable el aumento del interés en este ámbito entre la literatura. Estas revisiones o estudios se basan colectivamente en las opiniones de los niños de toda una serie de servicios: atención hospitalaria aguda, atención a largo plazo, comunitarios, de salud mental y de discapacidad intelectual.

En conjunto, las conclusiones indican una serie de áreas clave que son importantes para los niños en la planificación de los servicios: organización y acceso a los servicios; procesos de prestación de cuidados; dotación de personal (cualificaciones y estilo de comunicación); y entorno. En cuanto a la organización y el acceso a los servicios, los niños quieren servicios accesibles, flexibles e integrados que permitan la continuidad de la atención. Además, quieren un acceso más amplio a la información sobre cuestiones sanitarias y a los servicios relacionados que se pongan a su disposición; en una revisión se destacó la necesidad de centros de acogida comunitarios (National Children’s Bureau, 2005). Los jóvenes con discapacidad intelectual han hecho un llamamiento específico a la equidad y la igualdad. En este estudio, los jóvenes expresaron la opinión de que no se les concedían los mismos derechos a los servicios que a sus homólogos sin discapacidad; esta referencia era específica a la prestación de asistencia social, como la vivienda. Las áreas destacadas en relación con los procesos de prestación de cuidados han incluido el suministro de información y la toma de decisiones compartida. Además, los niños han destacado que los servicios deben tener una perspectiva holística para incluir la atención emocional y social y no sólo los aspectos físicos de la atención; un punto señalado específicamente en relación con los servicios de atención médica general y aguda.

Opiniones de los niños sobre los servicios médicos

Los estudios han revelado que los niños relacionan estrechamente su experiencia de un servicio sanitario de calidad con sus opiniones sobre las cualidades de los profesionales sanitarios. En concreto, quieren que el personal esté bien informado, sea hábil, competente y tenga conocimientos específicos sobre la afección o el problema de salud del niño. Sus relaciones con los profesionales son importantes: como se ha señalado anteriormente, las pruebas apuntan claramente a que los niños quieren profesionales que sean amables, buenos comunicadores, que sepan escuchar, que sean empáticos y que no les juzguen (según amplia literatura). Significativamente, estas cualidades también se han identificado como importantes para otras personas que trabajan en el sistema médico, como los recepcionistas (National Children’s Bureau, 2005).

En cuanto al entorno, las pruebas apuntan a una serie de instalaciones y recursos que a los niños les gustaría ver incorporados en la planificación de los servicios. Los recursos y las actividades lúdicas y recreativas se han destacado como importantes para los niños en toda una serie de entornos médicos National Children’s Bureau, 2005; y otros muchos). Se trata de un ámbito que los niños consideran inadecuado . El juego no sólo es importante como derecho del niño en virtud del artículo 31 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, sino que también es una parte vital del enfoque de la atención médica adaptada a los niños, en la medida en que pretende garantizarles servicios de atención médica que respeten sus derechos. Aunque existen pocas investigaciones publicadas sobre el papel de los especialistas en juego en la promoción de una cultura de respeto de los derechos del niño en los centros médicos, hay pruebas de que las actividades lúdicas organizadas y supervisadas por dichos profesionales ayudan a aliviar la angustia y la ansiedad de los niños en relación con procedimientos como la cirugía ambulatoria. Su labor facilita claramente el cumplimiento de los derechos del niño a la salud y al juego en el entorno médico.

Basado en la experiencia de varios autores, mis opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros lugares de esta plataforma, respecto a las características en 2024 o antes, y el futuro de esta cuestión):

Los niños y los jóvenes también han señalado la necesidad de contar con instalaciones adecuadas para su desarrollo, como unidades separadas para adolescentes, una decoración alegre y colorida y mobiliario apropiado para su edad. Por ejemplo, las opiniones de los niños (de 5 a 8 años) sobre el diseño del nuevo hospital infantil de Irlanda incluyen algunas recomendaciones importantes centradas en los niños, como: zonas de lectura tranquilas; caminos con escalones que lleven a las zonas de juego; espacios abiertos que permitan realizar actividades físicas, por ejemplo, saltar y bailar; bicicletas para desplazarse, y tecnología de la información y la comunicación, incluidas consolas para jugar. Los numerosos hospitales infantiles especialmente diseñados en todo el mundo son testimonio de la seriedad con la que se considera esto en la actualidad. Las necesidades de los niños en cuanto a instalaciones y recursos no son sólo recreativas y estéticas, sino que también están directamente relacionadas con la protección de sus derechos. Por ejemplo, los niños mayores, en particular, han pedido que los entornos médicos se diseñen de forma que promuevan su intimidad durante las consultas y los procedimientos de tratamiento. La necesidad de contar con entornos adaptados a los niños diferenciados para las distintas categorías de niños también es aplicable a los niños más pequeños y constituye una importante ilustración de la indivisibilidad de los derechos del niño en el contexto médico.

Se han destacado las necesidades de los niños en todos los ámbitos (por ejemplo, la organización de los servicios y el acceso a los mismos; los procesos de prestación de cuidados; el personal y el entorno). Para promover el respeto por los niños y sus derechos, los servicios sanitarios deben planificarse y aplicarse de acuerdo con las necesidades identificadas por los propios niños. En realidad, esta aspiración está lejos de hacerse realidad y existen pocas pruebas sustanciales sobre el impacto a largo plazo que tienen las opiniones de los niños en el cambio y la mejora de los servicios para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, si se quiere respetar a los niños como usuarios de los servicios, es importante ir más allá de registrar sus opiniones sobre los servicios y sus recomendaciones sobre cómo deberían cambiarse. Aunque se trata de un punto de partida importante, el respeto de los derechos de los niños en la atención médica y, de hecho, el espíritu de la participación de los usuarios de los servicios, exige que se apoye a los niños para que participen activamente en la organización de los servicios, la gobernanza y la formulación de políticas. La participación de los niños a este nivel está empezando a surgir.

Retos en la aplicación de los derechos del niño a participar en la toma de decisiones médicas

Se está avanzando en la aplicación del derecho del niño a participar en la toma de decisiones médicas, pero se trata de un proceso complejo y delicado. Entre los obstáculos identificados por la investigación se incluyen: las escasas habilidades comunicativas de los profesionales, que utilizan una jerga médica en lugar de un lenguaje adaptado a los niños; la falta de tiempo y de instalaciones adecuadas; ignorar o hacer caso omiso de las preferencias de los niños y las actitudes y creencias de los profesionales y los padres sobre la edad y la competencia de los niños. La ausencia o insuficiencia de formación de quienes trabajan con y para los niños en el ámbito médico es una preocupación dominante, identificada tanto por los profesionales sanitarios como por los propios niños. Es necesario adoptar una serie de medidas para hacer frente a estos obstáculos y, dada su mutua dependencia, las medidas deben dirigirse simultáneamente a: los profesionales sanitarios, los padres y cuidadores y los niños. Si bien es posible que se necesiten recursos para garantizar que el entorno y la infraestructura médicos (hospitales, zonas de espera, equipos, materiales, etc.) permitan respetar los derechos de los niños, las barreras culturales y tradicionales a los derechos de los niños son posiblemente más difíciles de desmantelar. Por ejemplo, es posible que los padres que se oponen a que sus hijos participen en la toma de decisiones médicas -quizá porque quieren protegerlos de un pronóstico negativo- no sean conscientes de los beneficios que supone para los niños estar informados y recibir apoyo para asumir un mayor papel en la toma de decisiones. La educación ayudará a los padres a comprender la importancia de escuchar a los niños en este contexto y lo que pueden hacer para ayudar a su hijo a hacer realidad sus derechos. Al mismo tiempo, los padres que deseen promover la participación de su hijo en la toma de decisiones pueden encontrarse con obstáculos para hacerlo, como cuando el profesional médico es quien ejerce el control. Los profesionales médicos deben encontrar mejores formas de navegar por lo que puede ser un proceso delicado para garantizar que se habla directamente con los niños, que comprenden lo que les va a ocurrir y que están de acuerdo con cualquier intervención que se les proponga. Deben comprender la importancia de tratar al niño como titular de derechos en el proceso de atención médica y desarrollar habilidades especiales para equilibrar el derecho de los padres a decidir qué es lo que le conviene a su hijo con su propia comprensión profesional de las necesidades y los derechos del niño. Una asistencia sanitaria adaptada a los niños exige que se les respete como principales titulares de derechos; lo que los niños buscan es información accesible y espacios seguros en los que puedan expresarse libremente y recibir apoyo para comprender mejor su salud y su atención médica. Por otro lado, los padres y los profesionales deben ser conscientes de la fuerza de la capacidad de los niños para reflexionar sobre sus experiencias y contribuir de forma significativa a las decisiones sobre su atención médica. Por lo tanto, es necesario abordar las actitudes, las funciones y las competencias de los tres grupos para maximizar el respeto de los derechos del niño en la atención médica.

La aplicación de los derechos del niño a la atención médica depende en gran medida de las actitudes, habilidades y competencias de quienes prestan los servicios médicos en los niveles primario, secundario y terciario. El alcance y la naturaleza de la formación profesional y el desarrollo continuo en materia de desarrollo infantil, derechos del niño y comunicación con los niños influirán en la medida en que se trate a los niños como personas con capacidad para comprender la información sobre su salud y su atención médica y para participar, directa o indirectamente, en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria. Por este motivo, el Comité de los Derechos del Niño ha recomendado que todos los profesionales médicos reciban una formación sistemática sobre los derechos del niño y su desarrollo (informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, 2003, y 2010). La concienciación sobre los derechos del niño entre los adultos, especialmente los padres y cuidadores, y entre los propios niños también es vital para la aplicación de los derechos del niño (véase el artículo 42). Las investigaciones demuestran que la concienciación sobre los derechos del niño también debe generarse entre los gestores sanitarios y los responsables políticos para garantizar que quienes establecen las prioridades para el desarrollo del sistema médico y deciden cómo y dónde prestar los servicios sanitarios a los niños sean sensibles a las necesidades y los derechos de los más afectados por sus decisiones.

Según el Comité de los Derechos del Niño, la traducción de los derechos en buenas prácticas médicas requiere la adopción de medidas legislativas, administrativas y de otro tipo, gastando el máximo de los recursos disponibles (artículo 4). Así pues, la aplicación de la Convención requiere la adopción de leyes y políticas pertinentes para promover el pleno disfrute de los derechos del niño en la atención médica. También exige la creación de instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños, y éstos deben ajustarse a las normas establecidas por las autoridades competentes, sobre todo en materia de seguridad, salud, número e idoneidad de su personal, así como una supervisión competente (apartado 3 del artículo 3). La recopilación de datos sobre el grado en que los niños disfrutan de sus derechos en el ámbito médico es vital para supervisar los progresos y garantizar la aplicación continua de la Convención. Se anima a los Estados a desarrollar indicadores con este fin y a garantizar que los niños tengan la oportunidad de aportar sus experiencias al proceso de evaluación (informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, 2003c: 12). Del mismo modo, el establecimiento de órganos de supervisión eficaces garantizará que se cumplan los objetivos y se mantengan los progresos en la prestación de una atención médica adaptada a los niños (informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, 2003).

Garantizar el cumplimiento de los derechos del niño en el sistema médico es, por tanto, un proceso difícil. Requiere que:

  • La legislación y la política sanitarias, así como la organización y la prestación de los servicios sanitarios, reconozcan a los niños como titulares de derechos, se centren en el interés superior del niño y en la plena realización del derecho del niño a la salud y a la atención médica, respetando al mismo tiempo los derechos del niño al apoyo familiar, a la protección frente a cualquier daño, al acceso a la educación, al descanso y al juego y a la intimidad;
  • La toma de decisiones sobre asuntos que afectan al niño se basa en las opiniones y perspectivas de los niños, incluidas las decisiones clínicas individuales y el desarrollo de políticas médicas y la mejora de los servicios;
  • Los servicios se organicen y apliquen de forma que se reconozcan las necesidades especiales, las circunstancias y la vulnerabilidad de los niños, con referencia a su capacidad evolutiva y a sus necesidades cambiantes.

Revisor de hechos: Marie

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Visualización Jerárquica de Derechos Fundamentales Constitucionales

Contenido de Derechos del Niño

En inglés: Rights of the child[rtbs name=”derechos-fundamentales-constitucionales”] [rtbs name=”derechos-civiles”] [rtbs name=”derechos-politicos”]

Recursos

Referencias

Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU (2000). Observación General nº 14: El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud. E/C.12/2000/4.
Comité de los Derechos del Niño de la ONU (1991). Orientaciones generales respecto de la forma y el contenido de los informes iniciales que han de presentar los Estados Partes con arreglo al apartado a) del párrafo 1 del artículo 44 de la Convención. CRC/C/5/1991.
Comité de los Derechos del Niño de la ONU (2003a). Observación General nº 3. El VIH/SIDA y los derechos del niño. CRC/GC/2003/3.
Comité de los Derechos del Niño de la ONU (2003b). Observación General nº 4. La salud y el desarrollo de los adolescentes en el contexto de la Convención sobre los Derechos del Niño. CRC/C/GC/4/2003.
Comité de los Derechos del Niño de la ONU (2003c). Observación General nº 5. Medidas generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño. CRC/C/GC/5/2003.
Comité de los Derechos del Niño de la ONU (2009). Observación General nº 12 sobre el derecho del niño a ser escuchado. CRC/C/GC/12/2009.
Comité de los Derechos del Niño de la ONU (2013a). Observación General nº 14 sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial. CRC/C/GC/14/2013.

Traducción de Derechos del niño

Inglés: Children’s rights
Francés: Droits de l’enfant
Alemán: Rechte des Kindes
Italiano: Diritti del bambino
Portugués: Direitos da criança
Polaco: Prawa dziecka

Tesauro de Derechos del niño

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Véase También

  • Derechos de la infancia
  • Derechos del menor

Atención Sanitaria, Ética de la Salud Pública, Atención Médica, Política de Salud Pública, Prevención de Lesiones, Salud de la Población, Salud Pública,

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