El derecho contra la falsificación tiene por objeto proteger a la sociedad de la creación o alteración fraudulenta de escritos de cuya autenticidad depende la gente en sus asuntos importantes. Una persona que, con el propósito de engañar o dañar, haga o altere un escrito de tal manera que transmita una falsa impresión sobre su autenticidad, es culpable de falsificación en su sentido contemporáneo. Falsificación, en el derecho penal, es la fabricación deliberada o alteración de un documento escrito con la intención de perjudicar los intereses de otro de manera fraudulenta. El crimen puede ser cometido aun cuando el esquema fraudulento falla.