Maternidad Segura
Este texto presenta la historia y la noción de Maternidad segura en relación con las Políticas de Género y Desarrollo. A partir de finales de la década de 1960, en el marco del nuevo movimiento feminista (Movimiento de Liberación de la Mujer), un número creciente de mujeres y madres exigieron una mayor autonomía, responsabilidad individual y el derecho al aborto. A partir de los años 80, mujeres y hombres exigieron el derecho a conciliar la vida laboral y familiar. El aumento del número de empleos a tiempo parcial favoreció la integración de las mujeres y las madres en el mercado laboral. A principios del siglo XXI, estaba socialmente aceptado que las mujeres con hijos menores trabajaran. Sin embargo, el desarrollo de guarderías ha sido lento, al igual que la mayor implicación de los padres en las tareas domésticas y la educación. En general, la maternidad conlleva un deterioro de la situación laboral; para muchas madres solteras, representa un riesgo social (nueva pobreza). El seguro de maternidad tiene por objeto compensar a las mujeres empleadas por las pérdidas económicas ocasionadas por el parto. Al principio se preveía un permiso obligatorio de seis a ocho semanas tras el parto para las mujeres trabajadoras, sin prever una compensación económica. Desde 1989, la ley de obligaciones garantiza el pago de una parte del salario – calculada en función de la duración del empleo – con la condición de que en caso de enfermedad, esta parte se reduciría proporcionalmente. Las primeras medidas relativas al permiso obligatorio para las mujeres embarazadas se recogen en las primeras leyes sobre fábricas.