Un centro comunitario es un lugar especialmente habilitado para las personas, grupos y organizaciones de una zona determinada, donde pueden acudir para reunirse y hacer actividades en común. Hace también referencia el concepto al edificio utilizado por los miembros de una comunidad para reuniones sociales, actividades educativas, etc. La comunidad se caracteriza por compartir geografía, intereses, valores sociales e incluso comportamientos. Basar los servicios en la comunidad ofrece un gran potencial para superar las barreras existentes a la atención sanitaria preventiva, como la distancia, la falta de familiaridad y el miedo o la desconfianza hacia los hospitales, al mismo tiempo que permite la prestación de un programa que está mejor situado (es decir, “adaptado”) para satisfacer las necesidades de esa comunidad, incluido el uso de personal autóctono de esa comunidad (por ejemplo, los trabajadores sociales comunitarios). En la actualidad existe una sólida base de pruebas que engloba modelos de atención comunitaria que han tenido éxito en la prevención primaria, tanto en lo que respecta a la promoción de la salud como a las intervenciones centradas en las personas de alto riesgo, estas últimas relacionadas principalmente con la prevención de la diabetes y la lucha contra las disparidades raciales en materia de salud. Además, la prevención secundaria y la rehabilitación en la comunidad han demostrado ser seguras y tan eficaces como la atención hospitalaria tradicional para muchos pacientes, con pruebas de una mayor adherencia. La clave para el éxito de todos estos programas es el uso de un equipo de expertos con la formación adecuada que trabaje en colaboración con los servicios comunitarios existentes y los grupos de usuarios. La integración de la atención preventiva primaria y secundaria en un entorno comunitario también ha demostrado ser eficaz y factible, pero requiere una mayor exploración antes de adoptar este modelo en una base más amplia. Queda por definir la composición ideal no sólo del propio MDT, sino también de la intervención. Sin embargo, es probable que no exista un enfoque único para todos los casos, sino que las intervenciones deberían adaptarse a las necesidades de los participantes y de la comunidad local. Además, aún está por determinar la sostenibilidad y la rentabilidad de estos programas.