En el plano intelectual hay que distinguir, al menos en el ámbito de la filosofía, lo siguiente: a) la abstracción del entendimiento agente; b) la abstracción del entendimiento posible, que puede ser por simple aprehensión o por juicio negativo; c) el fundamento de esta abstracción del entendimiento posible, que dará lugar a la abstracción formal y a la total, y d), por último, el signo manifestativo de aquella misma abstracción, que originará la abstracción lógica y la real. Veamos separadamente todos estos diferentes tipos de abstracción. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). El término se ha trasladado al orden psicológico, en el que encontramos el sentido de la abstracción que hoy se considera como más propio. En este plano, la abstracción designa cierta acción psíquica o inmanente que consiste en conocer una cosa sin conocer otra con la que se encuentra unida, o bien, en conocer que una cosa no es otra, y como es natural también se extiende al efecto, o mejor, a la denominación que de dicha acción inmanente se origina. Esa acción psíquica se encuentra ya en el conocimiento sensitivo, pues, por ejemplo, la vista conoce el color de una manzana sin conocer su sabor, con lo que, en cierto modo, hay aquí una abstracción o separación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Pero donde más plena y propiamente se halla la abstracción es en el conocimiento intelectual.