Cuando una persona fallece intestada, la ley del estado en el que el difunto tenía su domicilio rige la disposición de sus bienes. Normalmente, el cónyuge superviviente y los hijos reciben la totalidad del patrimonio. Si no hay cónyuge superviviente ni hijos, otros parientes (incluidos padres, nietos y hermanos) se incluyen entonces en el reparto. La finalidad de un fideicomiso es permitir que una persona controle la disposición de sus bienes tras su fallecimiento haciendo que los tenga una parte, el fideicomisario, en beneficio de otra, el beneficiario. Los dos tipos de fideicomisos son el fideicomiso testamentario, que se crea mediante un testamento, y el fideicomiso activo, que se establece mientras el fideicomitente aún vive. El fideicomisario tiene el deber fiduciario de administrar los bienes según los deseos del fideicomitente, de acuerdo con la legislación mercantil de Estados Unidos. Los poderes suelen incluir la capacidad de vender, intercambiar o alquilar la propiedad; tomar prestados fondos; contratar con otros en asuntos relacionados con el fideicomiso; y distribuir los ingresos a los beneficiarios. Los deberes incluyen mantener registros de la propiedad, proporcionar una contabilidad completa de la propiedad fiduciaria y utilizar el buen juicio. Sucesión intestada es la falta de testamento se abre la sucesión legal o intestada. Ésta es, por regla general, una sucesión universal: en ella la ley nombra herederos. En los ordenamientos antiguos la sucesión legal tuvo un papel importante.