Este texto se ocupa de las características de la universidad en sentido amplio, ofreciendo una profunda descripción y reflexión sobre ésta. La universidad moderna es sin duda heredera de la academia platónica y de las universidades de la Edad Media. Pero es el dramático desarrollo de esta institución desde su fase premoderna hasta sus etapas moderna y luego posmoderna lo que motiva que este ensayo se centre en la universidad liberal, tal y como se configuró en el siglo XVIII y luego cristalizó a lo largo de los siglos XIX y XX. Junto a su lealtad (prima facie) a los valores tradicionales, los cambios conceptuales e históricos que transformaron la universidad dieron lugar a inevitables tensiones internas, cuya exposición debería suscitar la reflexión sobre los posibles medios para resolverlas.
Así, al considerar el viaje de la universidad hacia los horizontes posliberales, se siguen aquí tres rutas: uno que traza las esencias del pensamiento liberal, tal como se reflejan en el concepto moderno de la universidad; un segundo que destaca un conjunto de hechos históricos relevantes; y un tercero, superpuesto a los otros dos -que los sigue y corrige-, que expresa una visión posliberal. Como se detalla a continuación, la contradicción incrustada en la base misma de la universidad moderna crea una brecha entre el ideal y su manifestación histórica. El objetivo tradicional de la universidad es la verdad; sin embargo, la inevitable elusión de la verdad, a menudo, impide la pretensión de alcanzarla.