El concepto de sociedad civil como ámbito diferente al Estado se encuentra por primera vez en el siglo XVII en la obra de los filósofos ingleses Thomas Hobbes y John Locke, y de los pensadores del Siglo de las Luces (en Francia y Escocia). Herbert Spencer veía la sociedad como un organismo en crecimiento, cuyo desarrollo se basaba en la lucha de sus miembros por la supervivencia. En 1838, Comte acuñó este término, el de sociología, para describir su concepto de una nueva ciencia que descubriría unas leyes para la sociedad parecidas a las de la naturaleza, aplicando los mismos métodos de investigación que las ciencias físicas. Según Comte, el conocimiento de cualquier materia, desde la astronomía hasta la sociología, debe obtenerse a partir de la correlación entre evidencias empíricas. En Francia, Émile Durkheim, heredero intelectual de Saint-Simon y Comte, comenzó a enseñar sociología el siglo XIX en las universidades de Burdeos y París. Frente a los intentos por parte de Francia y de los países de habla inglesa de modelar la disciplina según las ciencias físicas, la sociología alemana se basó en una amplia investigación académica histórica modulada por la influencia del marxismo, muy presente en el trabajo de Weber. En la segunda mitad del siglo XX, cuando ya había decaído el interés por las teorías evolutivas de Comte y Spencer, la sociología comenzó a estudiar determinados fenómenos sociales como el delito, las desavenencias matrimoniales y la aculturación de los inmigrantes. En 1937 el sociólogo estadounidense Talcott Parsons utilizó las ideas de Durkheim, Weber y del sociólogo italiano Vilfredo Pareto en su obra principal La estructura de la acción social, ampliando así el enfoque estrecho y limitado de la sociología estadounidense, y centrándose en el estudio de la acción social.