En general, la normativa no impone una jerarquía de requisitos y tareas al banco central. Incluso en países con una estructura económica y un nivel de desarrollo similares, el banco central tiene prioridades bastante diferentes. En la práctica, el marco legal puede definir un objetivo o un conjunto de ellos para el banco central. En el pasado se prefería una serie de objetivos, pero ahora parece que un objetivo (principal) es más común. Se argumenta que un objetivo definido con precisión puede eliminar todas las posibles perplejidades y facilitar los esfuerzos del banco central en su consecución. Esto es especialmente cierto para las economías en transición y en desarrollo con una estructura financiera poco desarrollada. Sin embargo, los países exigen que el banco central tenga un buen rendimiento y que influya en los flujos financieros de la economía nacional, y que haga hincapié en el crecimiento y el desarrollo, en el crecimiento sostenible de la producción real, en un alto nivel de empleo y en la estabilidad de los precios. Incluso los estadounidenses no han optado por una definición única de la tarea. El texto también examina al Banco Central Europeo y la política monetaria en la zona del euro en economía.