Este texto se ocupa del pluralismo filosófico y su historia, desde los griegos y con ellos, Aristóteles. La creencia central del pluralismo filosófico consiste en la noción de que los seres humanos no descubren y copian simplemente, mediante el uso de la razón, una realidad unificada que existe independientemente de ellos. Más bien, nuestra visión de la realidad, o lo que tomamos como verdad, está siempre influenciada por nuestro contexto cultural e histórico. La verdad, por tanto, nunca puede ser absoluta, estática, estrictamente objetiva y monolítica. Por el contrario, siempre contiene elementos de subjetividad y cambio, más de relativismo que de absolutismo. En resumen, la verdad, e incluso la propia realidad, consiste en muchos y no en uno. El absolutismo, en cambio, sostiene que la mente humana actúa idealmente como un espejo pasivo que refleja fielmente una realidad unificada e independiente sin distorsiones.