Lejos de ser exclusiva de Alemania, una relativamente nueva política policial ha alimentado, si no contribuido, al menos un nuevo modelo de policía en Europa, que ahora se puede encontrar en el sistema de agentes de diálogo en Suecia, la policía de eventos en Dinamarca, las unidades de paz en Holanda, los agentes de enlace en Inglaterra, las tácticas policiales especiales (SPT) en Suecia y el llamado modelo de las tres D (diálogo, desescalada, defensa) en la Suiza francófona. Una serie de ámbitos internacionales ofrecen a la policía europea y no europea la oportunidad de integrar las doctrinas policiales en el imperativo de pacificar las procesiones, como el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para la Investigación de la Delincuencia y la Justicia, que coordina los Programas Nacionales de Investigación sobre Seguridad durante Grandes Acontecimientos iniciados en 2004 como reacción a los sucesos de Génova y Gotemburgo, y sobre todo el programa europeo Godiac, Good Practice for Dialogue and Communication as Strategic Principles for Policing Political Manifestations in Europe (Buenas Prácticas de Diálogo y Comunicación como Principios Estratégicos para la Vigilancia de las Manifestaciones Políticas en Europa), que reúne a policías de 12 países y a investigadores en ciencias sociales en torno, sobre todo, a la nueva psicología de las multitudes.
Mientras que en Francia, los policías considerados culpables de la implacabilidad convocan una concentración contra el “odio antipolicial”, en Alemania, Suecia, Suiza, la interacción entre la policía y los manifestantes se caracteriza por el control y el diálogo. La policía francesa se resistían todavía en 2016 a los nuevos modelos de actuación policial, basados en la noción de desescalada. Aquí se explican las razones de este retroceso doctrinal.