La eugenesia, desarrollada en Inglaterra por Francis Galton a fines del siglo XIX, sostenía la posibilidad de perfeccionar la especie humana promoviendo los matrimonios y la descendencia de los “mejor dotados” y evitar que se reprodujeran aquellos que podían perjudicar la “raza”. Galton no adhería a la idea lamarckiana de la herencia de los caracteres adquiridos, como continuaba presente, no obstante, en la teoría biológica de la evolución de Darwin (Charles Robert Darwin, 1809-1882; véase “darwinismo social” y “selección natural”), junto con sus ideas más innovadoras (1859). A finales del siglo XIX y principios del XX, la creencia en el determinismo biológico, en consecuencia, se convirtió en la base del movimiento conocido como eugenesia. Para muchos de aquella época, la eugenesia fue vista como una religión secular.