Este texto se ocupa, en el Derecho Internacional, de los llamados tratados desiguales o injustos. Los tratados desiguales se han convertido en sinónimo de la práctica imperial de los Estados occidentales en Asia Oriental durante el siglo XIX. También se han convertido en un tema de estudio popular para los historiadores del derecho internacional. Una característica olvidada de la historia de los tratados desiguales es el modo en que se utilizaron y teorizaron como instrumentos del imperio informal antes del siglo XIX, en la primera época moderna. Los Tratados Desiguales, como los llaman los chinos, son un conjunto de tratados del siglo XIX impuestos a China, Corea y el Japón de finales de Edo por las potencias colonizadoras de la región (Reino Unido, Francia, Países Bajos, Alemania, Rusia, Estados Unidos, Austria-Hungría, Portugal, Japón de la era Meiji)1. Otras colonias se vieron afectadas por estos tratados, como India, Nepal, Siam, Tíbet, Vietnam y Ceilán. En términos más generales, el término “tratado desigual” se utiliza a veces para describir un tratado discriminatorio, desequilibrado o coercitivo, que ofrece ventajas desproporcionadas a una de las partes firmantes, especialmente en términos económicos, políticos o militares.