Desde el punto de vista económico, el contrabando es una forma de comercio transfronterizo. El contrabandista supera las barreras aduaneras (ya sea por motivos fiscales o de política económica) evitando los puestos aduaneros u ocultando las mercancías al pasar por ellos (aduanas). De este modo, se aprovechan de las diferencias de precios naturales o artificiales entre las distintas zonas económicas. Se crea así un equilibrio entre los intereses de compradores y vendedores. En términos jurídicos, el contrabando es ilegal porque va en contra de los intereses financieros de los Estados, antes principados, ahora Estados nacionales. Una definición más amplia incluye el transporte ilegal a un país de personas procedentes de países en guerra o en crisis. La lucha contra el contrabando depende, por un lado, del tamaño de los cuerpos de guardia fronteriza, del grado de organización y motivación de la autoridad de control y, por otro, de la legislación nacional, aún incompleta en algunos países.