La tensión entre voluntariado y profesionalidad no sólo depende de los conocimientos técnicos, sino también de la cultura institucional. Al igual que otras instituciones humanas que evolucionan a lo largo del ciclo de vida de la organización, desde la sala de reuniones hasta la sala de juntas, las agencias humanitarias en expansión se caracterizan cada vez más por el gerencialismo, la burocracia y la institucionalización. Estas presiones organizativas pueden sofocar y disminuir el poderoso espíritu voluntario de la energía humanitaria en bruto. En el trabajo humanitario, que requiere rapidez, valor, criterio y liderazgo, las grandes instituciones pueden volverse lentas, reacias al riesgo, procedimentales e indecisas, y ser gobernadas por gestores, no por líderes. La lucha weberiana entre el carisma y la burocracia sigue viva en la cultura organizativa humanitaria actual, y muchos consideran que el predominio de la burocracia tiene un efecto negativo en el tipo, el ritmo, la audacia y el éxito de las operaciones.