Protección del Suelo
Los aspectos esenciales de la protección del suelo son la reducción de la erosión y la lixiviación, la conservación del humus y la protección contra la construcción, la contaminación y la compactación. La conservación del suelo es un conjunto de prácticas agrícolas, ganaderas y forestales que se aplican para promover el uso sostenible del suelo. Su objetivo es evitar la pérdida de suelo por erosión o la reducción de la fertilidad causada por la sobreexplotación o la contaminación del suelo (acidificación, salinización o contaminación química). En algunas regiones menos desarrolladas se practican la quema y otros métodos insostenibles de agricultura de subsistencia. Las consecuencias de la deforestación son la erosión a gran escala, la pérdida de nutrientes del suelo y, en ocasiones, la desertización total. Las técnicas para mejorar la conservación del suelo incluyen la rotación de cultivos, los cultivos de cobertura y los cortavientos que afectan tanto a la erosión como a la fertilidad. Cuando las plantas, especialmente los árboles, mueren, se descomponen y pasan a formar parte del suelo. Los agricultores han practicado la conservación del suelo durante miles de años.