Filosofía de la Educación
Este texto intenta ofrecer una visión general de cómo se ha visto a sí mismo el campo de la filosofía de la educación, y ha relatado los principales elementos de las narrativas con las que otros han trazado la historia del campo. Al mismo tiempo, ha tratado de poner de manifiesto los problemas que plantean los distintos relatos, impulsados en parte por diversas agendas para definir el alcance y los límites del campo, y a menudo para privilegiar uno u otro enfoque de la filosofía de la educación, incluso cuando se han esforzado por ser exhaustivos y justos con todos los puntos de vista. Esta entrada ha adoptado un enfoque diferente, en primer lugar, resistiendo a la tentación de ofrecer una única definición o caracterización del campo; y, en segundo lugar, destacando no las escuelas de pensamiento o las divisiones metodológicas como categorías para pensar en el campo, sino más bien las inclinaciones subyacentes, o los impulsos, que animan la investigación filosófica. Como se señala en este texto, para un campo que tiende a resistirse y a discutir sobre cada intento de definirlo, tal precaución es probablemente prudente, pero tiene también un beneficio añadido. Cuando los filósofos reflexionan sobre los impulsos que motivan sus áreas de investigación y las formas de pensar sobre ellas, relacionan su trabajo filosófico no sólo con un orden abstracto de la verdad, sino con ellos mismos; y es un paso corto desde ese reconocimiento hasta extender esa forma de pensar también a los demás. La generosidad de miras resultante podría ser lo único que pueden compartir todos los filósofos de la educación.