Para muchos ciudadanos, unas elecciones libres y justas representan los cimientos de la democracia. Por lo tanto, parecía lógico que algunos científicos sociales comenzaran su investigación con la relación entre las elecciones y la satisfacción de los individuos con el funcionamiento de sus instituciones democráticas, examinando sus percepciones sobre la equidad del proceso electoral en su país. Unas elecciones libres y competitivas son la piedra angular de los sistemas democráticos y encapsulan la noción de equidad electoral. Aunque la integridad electoral se basa en una serie de requisitos bien definidos, los estudiosos suelen coincidir en que el concepto de “equidad” es un juicio cualitativo crucial que los votantes están en condiciones de emitir más allá de estas definiciones más estrictas. Sin embargo, hay pocos estudios que hayan examinado la interacción entre las percepciones de los ciudadanos sobre la equidad electoral, los indicadores a nivel macro de la integridad electoral y la agrado o acuerdo con el gobierno representativo o electivo.