En comparación con los espacios territoriales, los entornos de agua salada parecen particularmente antitéticos a la creación de límites. La fluidez del agua, la imprevisibilidad de las olas, las tormentas y la subida de los océanos, así como la existencia de habitantes no humanos cuyas migraciones se extienden a través de los océanos, hacia los ríos y hacia la tierra, sugieren la complejidad de delimitar este espacio cuatridimensional; el mar tiene longitud, anchura, profundidad y movilidad. No obstante, la propiedad es un tema que define la economía pesquera, las ciencias sociales y la antropología de la pesca, aunque se conceptualiza de forma diferente en cada una de ellas. En la economía pesquera, por ejemplo, el mar es una zona que hay que contener.