Se examina aquí especialmente la notificación en el espacio legal y judicial europeo. Hay dos formas diferentes de notificación que son esenciales. La notificación puede ser realizada de oficio por el tribunal o, alternativamente, puede producirse por iniciativa de las partes interesadas, que pueden, por ejemplo, encargarla a un agente judicial o a un notificador. Tanto los tribunales como las partes pueden utilizar diferentes instrumentos para garantizar la entrega de los documentos. En el caso de la entrega postal, por ejemplo, pueden utilizarse instrumentos como la carta certificada. En otras circunstancias, pueden designarse funcionarios especiales (como el hussier de justice). La notificación en el extranjero requiere métodos específicos, como la asistencia administrativa del país notificador o de su representante local (servicios consulares). La notificación o traslado en tiempo y forma de los documentos, especialmente de los que incoan un procedimiento (citación judicial), es un elemento esencial de los procedimientos judiciales fundados en el Estado de derecho. Por un lado, la notificación de la cédula garantiza que el demandado sea informado de los procedimientos que están pendientes contra él para que pueda defenderse, lo que constituye una característica especial del derecho del demandado a un proceso justo, véase el artículo 6 (1) del CEDH (juicio justo). Por otra parte, la notificación formal permite a la parte notificante probar que el destinatario tuvo conocimiento de la cédula.