Crédito que obtienen las personas físicas para fines distintos de los empresariales y profesionales, y que puede tener destinos de muy diversa naturaleza. Son considerados también créditos al consumo los obtenidos a través de las tarjetas de crédito. El crédito es un tipo de transacción o acuerdo voluntario entre un prestatario y un prestamista. En un acuerdo de crédito, el prestatario recibe algo de valor, normalmente una suma de dinero, de un prestamista. El prestatario se compromete a devolver esta suma de dinero al prestamista en algún momento en el futuro. En la mayoría de los casos, el prestatario también se compromete a pagar al prestamista un interés acordado, es decir, una comisión por el uso del dinero por parte del prestatario. Hay muchos tipos de prestamistas en la economía de muchos países, como los bancos, las cooperativas de crédito y las compañías financieras. El uso del crédito por parte de los consumidores tiene una larga historia en Estados Unidos. Durante la década de 1920, la introducción del crédito a plazos para compras importantes, como un automóvil, inculcó en muchos estadounidenses la mentalidad de “comprar ahora y pagar después”. Las operaciones de crédito al consumo plantean cuestiones cruciales de protección de los consumidores (consumidores y derecho de protección de los consumidores) porque se ha demostrado que el consumidor necesita una protección especial cuando pide dinero prestado.