El papel del abogado, antaño un cargo público subordinado con responsabilidades mal definidas, se ha transformado en una profesión liberal en el Estado de Derecho moderno, como resultado de la codificación de las normas jurídicas. Dentro del sistema judicial y de los tribunales, los abogados desempeñan tareas similares, aunque distintas, a las de los notarios o abogados especializados en Derecho. Los estados y los abogados internacionales son numerosos y diversos, y en muchos temas, sus posiciones son difíciles de determinar. En Papúa Nueva Guinea, por ejemplo, ¿cuál es la opinión dominante sobre la legalidad de la intervención humanitaria unilateral? ¿Nigeria acepta la prueba de no querer o no? ¿Cuál es la práctica del gobierno italiano con respecto a la extensión de los derechos de un estado costero en una zona económica exclusiva? En los Estados Unidos, las respuestas a estas y otras preguntas similares no son ampliamente conocidas, ni siquiera entre los profesores de derecho internacional. Las perspectivas de los colegas, el propio gobierno y otros estados occidentales pueden ser familiares, pero pronunciar normatividad global en tales premisas parroquiales requiere arrogancia o tolerancia para libertades sustanciales de extrapolación. Los conscientes de sí mismos se enfrentan a una pregunta molesta: ¿mi comprensión refleja la norma global?