Las guerras civiles recorren nuestras narrativas históricas, configurando la conciencia política y social de las personas en los países desarrollados de todo el mundo: Japón, Rusia, España, China, México y los Estados Unidos, por mencionar solo algunos. Pero los conflictos dentro del estado no son simplemente características del pasado. En la actualidad, hay una treintena de guerras civiles activas, que van desde Afganistán y Siria hasta la República Democrática del Congo, y la duración promedio del conflicto ha aumentado en los últimos veinte años. La mayoría de las guerras civiles han estallado en estados con capacidades materiales limitadas. Las principales potencias a veces, pero no siempre, se han involucrado en estos conflictos, algo que sucedió con menos frecuencia en el pasado. Muchas de estas guerras civiles contemporáneas son la fuente del inmenso sufrimiento humano y la inseguridad regional, algunas de las cuales dan lugar al éxodo masivo y al desbordamiento incontrolable de refugiados.
Sin embargo, tanto los profesionales de la política exterior como los académicos no están de acuerdo sobre los riesgos reales que los altos niveles de violencia dentro del estado representan para las principales potencias y la estabilidad mundial. También están en desacuerdo sobre la medida en que los poderes externos pueden influir en las trayectorias de estos conflictos, o mejorar la gobernabilidad en áreas que han sido afectadas por la guerra civil. Las visiones del mundo importan. Los realistas generalmente se enfocan en las amenazas asociadas con las rivalidades interestatales, mientras que los internacionalistas liberales ponen más énfasis en los riesgos creados por los efectos aguas abajo y la erosión de las normas que sustentan el orden que buscan mantener. Por supuesto, para todos, la contingencia y los detalles también son importantes.
Algunos analistas creen que los estados que sufren conflictos civiles pueden al menos ponerse en un camino hacia una mayor inclusión y seguridad; otros creen que lo mejor que pueden hacer los actores externos es prevenir la propagación de la violencia y el caos a través de las fronteras estatales.