Separación de Poderes en Alemania
La separación de poderes es ahora un sello distintivo de cualquier verdadera democracia. Ante todo, los tribunales deben ser independientes del gobierno y guiarse únicamente por la ley. En Alemania, el más alto tribunal, el Tribunal Constitucional Federal (parte del poder judicial), puede detener al Canciller (parte del ejecutivo) y también al Bundestag (parte del legislativo) si hacen o deciden algo que viola la Constitución. Sin embargo, en una república parlamentaria como la República Federal de Alemania, el ejecutivo y el legislativo ya no se oponen. Por el contrario, están entrelazados en términos de personal (entrelazamiento de poderes): una mayoría parlamentaria, la coalición de gobierno, elige a un miembro del parlamento como jefe de gobierno (Canciller Federal), que sin embargo sigue siendo al mismo tiempo miembro del parlamento. La coalición de gobierno, naturalmente, no ve ninguna razón para controlar a “su” gobierno en primer lugar, sino que lo apoya en lo que puede. Después de todo, se supone que este gobierno debe traducir los programas e ideas políticas de la mayoría parlamentaria en políticas prácticas. El papel de opositor y, esencialmente, el de controlador del gobierno se ha trasladado así del parlamento en su conjunto a la oposición. En este sentido, la oposición es un elemento indispensable del sistema democrático. Más allá de lo descrito hasta ahora, existen otras formas de separación de poderes en Alemania.