La noción paternalista de la vejez como una época de fragilidad, dependencia y necesidad se está reequilibrando con nociones más realistas de un número cada vez mayor de personas que llegan a la vejez con vigor, salud, propósito, educación y aptitudes, y con el deseo de seguir siendo productivos en el lugar de trabajo mucho más allá de la edad tradicional de jubilación. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el concepto). Además, los trabajadores adultos mayores están empezando a alzar sus voces sobre la discriminación, el abuso y el maltrato en el lugar de trabajo. La cobertura mediática de la discriminación por motivos de edad en el lugar de trabajo está aumentando y los especialistas en bienestar social están empezando a reexaminar la institución de la jubilación utilizando una lente de discriminación por motivos de edad. Sin embargo, es importante reconocer que no solo los adultos mayores tienen que ser resistentes, sino que también hay que poner en tela de juicio las barreras de actitud, estructurales, sociales y jurídicas existentes en los lugares de trabajo adaptados a la edad. El abuso de ancianos puede ocurrir incluso a los adultos mayores que no son frágiles o dependientes. Y las investigaciones han demostrado que incluso el adulto mayor más resistente puede marchitarse ante el abuso, la intimidación y el maltrato, ya sea en entornos institucionales, en el hogar o en el lugar de trabajo. Tanto el fortalecimiento de las protecciones ambientales como la promoción de la resistencia personal frente a las prácticas y políticas abusivas en el lugar de trabajo siguen siendo esenciales para garantizar las oportunidades de los adultos mayores de ser plenamente productivos en la sociedad.
También es importante evitar el optimismo poco realista de que los litigios y la legislación por sí solos reducirán el problema. Para abordar el problema de la discriminación por motivos de edad y el abuso de las personas de edad en el lugar de trabajo se necesitará una combinación de intervenciones individuales, organizativas y nacionales de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Una vez establecido que el envejecimiento es una cuestión social de creciente importancia y habiendo identificado el papel que el abuso y la intimidación de las personas mayores puede desempeñar en el lugar de trabajo, hay que hacer más a nivel individual, organizativo y social para remediar el envejecimiento en el lugar de trabajo. Con el aumento mundial (o global) de la población que envejece, es imperativo eliminar las barreras que impiden la plena participación de los trabajadores mayores.